Aunque hay muchos pasajes de la película Florence Foster Jenkins donde me reí a carcajadas (de verdad a carcajadas. Onda me escucharon de las piezas del lado), lo cierto es que la película no es exactamente una comedia, sino que, de cierta forma una "Tragi-media" (no estoy segura de que exista la palabra, para ser franca. Probablemente no)
Porque aunque está llena de amabilidad, amor, amistad y lealtad, lo cierto es que desde el momento uno, se está consciente de que el fin de todos los hechos que se van sucediendo no pueden tener un final que no sea medianamente desastroso en el menor de los casos (por cierto, considerando que esta es una película "seria" y no una de estas inventadas solo para tener finales felices)
Florence Foster Jenkins trata acerca de una mujer total y absolutamente amante de la música y el canto, pero que lamentablemente no tiene ningún talento para ellos. El problema es que ella no lo sabe, y como tiene mucho, pero mucho dinero y además gente que la ama genuinamente a su alrededor, logran mantenerla ignorante de sus carencias y profundas deficiencias musicales, solo para hacerla "feliz", aunque todos sepamos que en al algún momento la ilusión está condenada a romperse
Y acá es donde la película plantea varias interrogantes morales y éticas, pero de manera amable y sin tratar de apuntar con el dedo. ¿Es mejor el amor que miente con el objetivo de mantener siempre la pretensión de felicidad o por el contrario el que va de frente con la verdad por dura que sea? ¿De verdad le hacían un favor a Florence al ocultarle sus notables defectos musicales? ¿Es válido evitar el sufrimiento del que se ama a toda costa?
Y por otra parte, de manera secundaria, la película trata otros temas, como las diferentes formas en as que se puede presentar el amor y que no lo hacen menos genuino que el que entendemos de manera clásica, la capacidad de empatía que pueden tener las personas con desconocidos, y el verdadero fin del arte.
Los actores están muy bien. Si la película es buena (como es, aunque no fantástica) es porque Meryl Streep es simplemente grandiosa y ya debería dejar de sorprendernos... aunque es mejor que nunca lo haga. También quedé gratamente sorprendida con Hugh Grant, que se aleja de sus roles más clásicos para convertirse en un tipo a mi parecer profundamente equivocado, pero con una capacidad de amor y amabilidad extraordinaria. Supongo que el que me apreció más débil fue Simon Helberg, porque se me hizo medio caricaturesco el personaje.
Como les dije no es una película extraordinaria, pero si es... cálida. Profundamente Cálida. Y ama a su protagonista... como desde hace tiempo pasa con las películas de Stephen Frears,
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