Ghostbusters, a pesar del nerviosismo que causó en todos nosotros los que nos consideramos fanáticos de la entrega de 1984, resulta ser una película tremendamente entretenida, emocionante, y altamente disfrutable.
Supongo que tiene que ver con distintas cosas. La primera, es que tomándose muy en serio el gran espacio que debía ser llenado, se hizo un casting con 4 tremendas estrellas de la comedia de USA. O sea, no estamos hablando que se buscaron "caras jóvenes nuevas" para lanzarlas al estrellato, sino que concienzudamente se buscó a 4 excelentes exponentes de la comedia que además saben actuar muy bien. Y las 4 responden. En mi parecer la más débil, por momentos es Kate McKinnon (probablemente porque tiene el papel más caricaturesco de todos), pero es una maña mía. En general las cuatro funcionan de maravillas (y es una agrado ver a Melissa McCarthy en un papel que le permite mostrar cierta vulnerabilidad. Lo hace muy bien)
Lo otro importante, es que la película nunca trata de ser un "remake", ni una secuela de Ghostbusters, sino es en realidad una pasada de posta, porque de partida no tiene una historia parecida a las originales. Simplemente utiliza el mismo recurso de los fantasmas y la creación de un grupo dispuesto a cazarlos. Y es tan así, que los actores de las entregas originales (con la excepción de Harold Ramis que murió y Rick Moranis que simplemente no hace cine) hacen cameos en donde de cierta forma dan su bendición a esta nueva era (aunque en mi muy humilde opinión el de Bill Murray es más largo de lo que debió ser)
La película es una explosión de colores y de exageraciones. En realidad es como una exageración en si misma, y aunque poco recuerdo, imagino que la salida de la primera Cazafantasmas debió ser algo parecido.
Y como si fuera poco, logramos además ver a viejos y queridos conocidos como el Monstruo de Marshmellow (que ahora es un globo) y a Pegajoso.
Los fantasmas no conocen de pequeñeces.
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