Confieso desde ya que no soy fan acérrima de las películas de Wes Anderson, como si parece ser una parte importante del mundo de la crítica que esperan salivando cada nuevo estreno del director. Tampoco me disgustan sus películas, por cierto, pero digamos que las veo como cualquier otra, es decir sin ninguna pre-disposición especial a que me guste o me desagrade solo por ser de Anderson. Es innegable que hace un cine distinto, eso lo concedo, pero no por eso es SIEMPRE un cine que encuentre bueno, aunque yo diría que más veces si que no a mi parecer.
Dicho esto, Isle of Dogs para mi es uno de los aciertos de Anderson, en parte porque precisamente es una película extremadamente fiel a su autor (no, no quise hacer un juego de palabras aludiendo al perro como especie, solo me salió así). Tiene su estética, tiene su tipo de música, su forma de diálogos... en otras palabras, el alma de Wes Anderson está en la película, y eso la hace ser extrañamente entrañable, lo cual se suma, obviamente, a lo querible de sus protagonistas.
La película trata de la búsqueda de un niño a su perro en una isla de basura donde fueron exiliados todos los perros de una ciudad. En su búsqueda lo acompañan 5 perros, cada uno con sus cualidades, y se van encontrando con (sorpresa) más perros en el camino.
Hace un muy buen manejo de los idiomas (los personajes humanos hablan en japonés y los perros en inglés), es entretenida, vivaz y se pasa realmente muy bien viéndola. Es como tomar una taza de chocolate caliente en cierta forma.
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