Paddington 2
Una de las increíbles cualidades que tienen las
películas del oso Paddington (tanto esta
como la primera) es esa capacidad de hacerte sentir bien. Porque si bien
son películas con orientación infantil, no son tontas ni ridículas, por lo que
un adulto se puede sentir perfectamente invitado a verlas y, por otra parte,
tienen un protagonista genuinamente bueno y noble (el oso of course). Porque en
este tiempo en que lo “cool” es ser pillo, vivo, deslenguado y tantas cosas más,
la aparición de este tipo de personajes se siente, a veces, como un vaso de
agua fresca cuando has comido mucha torta… o mermelada.
En esta oportunidad Paddington, que ya está
establecido viviendo con los Brown en Londres, es acusado injustamente de un
robo, y debe luchar por limpiar su nombre. De eso se trata básicamente y con
eso le basta.
A Paddington se le unen los personajes de siempre,
y además se une Hugh Grant como un villano de excepción. Realmente es de lo
mejor que le he visto en algún tiempo.
En mi opinión, aparte de la historia, las
actuaciones, lo bien que se pasa, y de lo mucho que se ríen los niños con la
capacidad inagotable de Paddington de provocar desastres, es la sensación
permanente de que los actores lo pasan MUY bien haciendo la película. Supongo
que no es algo poco común que los actores disfruten su trabajo, pero no siempre
eso queda tan de manifiesto en la pantalla. En este caso sí
Nosotros también lo pasamos osom.
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