jueves, 28 de abril de 2011

(Grandes) NO personajes del cine.

Ayer, viendo una película que debo haber visto por lo bajo 20 veces, caí en que hay personajes no humanos, ni siquiera humanoides o con característica o sentimiento humano alguno, que son más personaje que cualquier actor (para lástima de ellos que pierden protagonismo hasta con cosas inanimadas). Para convertir una explicación larga y aburrida en algo corto (y probablemente aburrido de todas maneras) nombraré 3 a modo de ejemplo.

1.- Alien: Alien es el tremendo personaje no personaje. Partamos con que no tiene ojos, así que no puede poner miradas de angustia, remordimiento o maldad que suelen poner varias criaturas. En otras palabras hay que asumir que solo pasan perversidades por su cabeza, lo cual luego de haber visto las películas 800 veces, compruebas que es verdad. Porque al contrario de otras bestias que por ejemplo matan para sobrevivir (hambre por ejemplo) Alien lo hace de puro mala gente (valga la paradoja) Admito que a veces utiliza a los humanos para reproducirse pero en ese caso no los mata de una buena vez, les crece dentro del pecho y al final, al salir, los mata de todas formas. O sea, pura maldad. Y si a esto sumamos que es rápido, silencioso, y su sangre es de ácido (acido poh oye) tenemos a un concentrado de maldad.

No falta el que lo compara con Depredador (hasta el mismo Hollywood lo hizo) pero no hay donde perderse según yo. Alien es inmensamente superior. Depredador requiere de armas y juguetitos para ejercer su poderío. Alien no. Depredador ha dado muestras (pocas pero las hay) de uno que otro sentimiento honorable. Los Alien se matan entre ellos para usar el ácido de la sangre y arrancar. Malos.

2.- Tiburón: La gracia de Tiburón, es que consta de tres componentes simples para ser uno de los grandes. Música, cámara y metal. Al principio nos valemos de las dos primeras nada más. Si sale la vista de cámara bajo el agua, y a esto le sumas la música (tun tun tun tun), sabes que alguien va a terminar mal, lo cual implica desde perder alguna extremidad, hasta ingresar al limbo. Con eso, el director (Spielberg) convenientemente se ahorró poner al tiburón en sí buena parte de la película. El tercer ingrediente, el metal, es el tiburón mismo. Bien feíto, pobrecito, y rígido como un tubo (que es básicamente en lo que consiste: un tubo con ojos y aleta) logra nada más que poner una imagen a lo que imaginábamos.

La genialidad radica en que estos tres ingredientes logran formar un no personaje bien terrorífico. Uno de los primeros recuerdos que tengo de las primeras veces que vi Tiburón, ocurrió cuando quedaba poco para hacer un viaje a Venezuela (pongamos que tenía como 8 años). Yo moría de susto ante la perspectiva de estar en la playa y que me comiera un tiburón (porque este tiburón llegaba hasta casi la orilla a comerte) pero mi papá me tranquilizó argumentando que los tiburones están solo en aguas cálidas y en Chile el agua es muy fría. Inmediatamente después mencionó que en algunos países, como Venezuela, por ejemplo, el agua era bien tibia ¬¬

3.- U.S.S Enterprise: La nave de Star Trek, no es solo una de tantas naves. Es “la nave” Mucho personaje ha pasado por Star Trek, y puede que todos tengamos una opinión de cual saga nos gustó más y porqué (personalmente encuentro que nada supera a “The Next Generation”), pero de que todos nos acordamos de la nave con onda de plato interestelar, lo hacemos. Comprobado estadísticamente la reconocemos incluso más que a la Estrella de la Muerte, por ejemplo. No solo por la nave en si (su infraestructura digamos) sino que porque dentro y a través de ella, muchos aprendimos conceptos completamente inútiles, pero que en su momento y a pito de ser espectador de la serie, fueron fundamentales.

Gracias al Enterprise me enteré que el “Puente” de una nave, no es un puente per se, sino que así se le llama a la cabina de comando (y vaya que me costó llegar a esa conclusión), aprendí que la velocidad Wrap es mayor a la de la luz, y que si te queda poca energía en la nave tienes, pero tienes que desviar todo lo que puedas a los escudos porque sino quedas abierto a cualquier ataque (considerando sobretodo que la principal causa de porque baja la energía en una nave interespacial es precisamente por estar bajo ataque)

Y no solo desde el punto de vista técnico ocurren cosas fuera de serie. Solo en el Enterprise una actriz al alza en la época (Whoopi Goldberg) tenía un papel que nadie nunca cachó para que era… o sea era la “consejera” pero aconsejaba puras obviedades que no tenían trascendencia en el capítulo, y usaba un gorro cómico.

Como es de suponer, si alguien se dio el trabajo de leer el blog, podrá considerar otros no personajes que ama, y encontrar detestables los que me gustan a mi. Pero bueno por algo el blog es mío ¿no? Os invito a expresar vuestra justa indignación o clamor, según corresponda, en todo caso.

Ya Chao.

PS: A todo esto, la foto que puse en el post, yo se que no tiene nada que ver. Me gustó no más.

miércoles, 6 de abril de 2011

Cinco de las cosas más tontas que hice.

Una vez leí un ensayo sobre la Estupidez. De acuerdo al autor, el estúpido era la peor persona del mundo (peor aún que una persona “mala”, por ejemplo) porque sus propias acciones le ocasionan daño. Así, hacía una comparación entre el “bueno” cuyas acciones hacen bien a si mismo y al prójimo, el “malo” quien si bien hace daño a otros saca beneficios personales de ello, y el estúpido quien se infringe daño y de pasada, generalmente, se lo hace al resto.

Para ser bien franca me pareció lógico lo que dijo el hombre (de quien de pasada no recuerdo el nombre) y me puse a pensar en las miles de tonteras que he hecho, y que en realidad hago todos los días. Vamos a pasar a decirles tonteras para que suene menos crudo, no es que sean menos estúpidas ¿ok?

Dado que en general somos muy buenos para reírnos de las leseras que hacen otros (y de sus consecuencias) decidí innovar y exponer tonteras de mi autoría. Como ya mencioné que prácticamente no pasa día en que no haga una tontería (yo diría que todos en realidad pero me otorgaré el beneficio de la duda) sería agotador para todos que las expusiera sin filtro, por lo tanto, me limitaré a poner sólo cinco, que además ejemplifican lo propuesto por el ensayista, a estas alturas N.N.

1.- Desde que aparecieron los microondas en la faz de la tierra que se nos explicó que no se podían meter cosas metálicas dentro de ellos. Daba lo mismo la explicación y el resultado de dicha acción, el adoctrinamiento es y será “NO METER COSAS METALICAS AL MICROONDAS” y para facilitarnos la vida comenzaron a salir línea tras línea de productos a utilizar para poder calentar la comida (que no se calientan, quiebran etc). Mientras tanto, se crearon mitos con respecto a que pasaba si llegabas a utilizar cosas metálicas que iban desde una explosión hasta ser abducido por los ET. Pero siempre ha dado igual porque la orden se cumple a cabalidad. No se pueden usar cosas metálicas en el microondas. Hasta que yo lo hice, claro.

No es que metiera una olla, por ejemplo, fue un plato que tenía dibujos metálicos. Ahora, si no me hubiera dado cuenta, la cosa podría haber pasado por accidente, pero lo cierto es que si me di cuenta que era pintura metálica, medité en si debía seguir con la acción de calentarlo en el aparato ese, y llegué a la conclusión (errada) que no pasaría nada. Porque si pasó. Sacó chispas (igual como si metieras una de esas estrellitas de navidad encendida) y salió olor a quemado. Ah y el microondas murió por unos minutos en que me imaginé, con pánico, todas las explicaciones que iba a tener que dar.

2.- Esta fue cuando era bien chica. Pongámosle 10 años. Viendo el correcaminos, vi que el Coyote extendía un camino de pólvora y con un fósforo lo encendía logrando que la chispita avanzara, como si fuera caminando, por el camino hasta que llegaba a la dinamita marca ACME. Sabe Dios donde saqué que el alcohol y la acetona también prendían. Extrapolé datos mentalmente, y en el lavamanos del baño hice un camino de acetona (o lo que para mi era un camino, porque en realidad era como un pozo) y le lancé un fósforo encendido… que pasó a encender todo el lavamanos y me quemó unas cuantas puntas de pelo pero que para ser franca pudo terminar en tragedia. En mi favor puedo decir que pensé en una posible emergencia y por eso tenía unos vasos llenos de agua para apagar mi experimento en caso de ser necesario (que lo fue) así que la cosa no pasó a mayores y lo que es más importante, logré que mi mamá no se enterara de nada. Al rato no más la escuché preguntarse en voz alta porque había tanto olor a quemado, pero en silencio morí con las botas puestas.

3.- Mi hermano menor tiene 5 años menos que yo, y somos bien buenos hermanos. Una vez queríamos hacer un arco para tirar flechas (flechas que consistían en varillas que habíamos recogido del jardín) y se me ocurrió (la mayoría de estas ideas nace de mi) tomar un palo de bamboo que mi mamá tenía y hacerle unos agujeros y pasarles un hilo y arquearlo para que fuera un arco (valga la redundancia). Cualquier persona a estas alturas del relato se habrá dado cuenta que la construcción de nuestra arma de guerra estaba condenada al fracaso, porque el bamboo es rígido, el hilo (o lana que nos proponíamos utilizar) no es elástico y no hay una manera razonable de hacerle agujeros chicos a un bamboo. Pero según yo con un cuchillo bien puntiagudo se podía. Y traté y me enterré el cuchillo en el índice de la mano izquierda. Y me salió mucha sangre (por no mencionar todo lo que me dolió). Hoy tengo la cicatriz que me recuerda que a veces hay que escuchar la voz majadera y mala onda que te dice “No andes haciendo leseras”

4.- Para esta era más chica aún. 8 años digamos. Y al menos por esta vez aclaro que la culpa no fue solo mía. Es más, prácticamente no fue mía.

El juego consistía en que mi papá ponía un chal en el piso y nosotros (mis hermanos y yo, por turnos) nos acostábamos en el chal y el agarraba un lado, mi mamá el otro y nos hacían bate bate (así como una hamaca) y terminaban lanzándonos sobre la cama de ellos (porque era grande y para evitar que saliéramos disparados al suelo) Era de lo mejor de lo mejor que nos pasaba te diré. Muy entretenido. La cosa es que en una oportunidad al papá se le ocurrió que hiciéramos lo mismo, pero que el sujeto a balancear no fuera ninguno de los niños, sino la mamá (pobre y abnegada) quien accedió (les dije que no era solo culpa mía) Entonces con ella acostada en el chal, papá tomó un lado y entre los tres hermanos (entiéndase 3 pares de manitos, un par perteneciente a niño de 3 años o por ahí) tomamos otro. Y nos la pudimos y comenzamos el bate bate. Al segundo bate eso si no aguantamos más (los niños) y se nos soltó el chal y la pobre mamá terminó de regreso en el suelo, golpe de por medio. Lo único rescatable de la situación es que a todos nos dio risa... después de ese momento siempre tenso en que le quieres echar la culpa a alguien distinto a ti.

5.- Cuando aún se podían utilizar chimeneas, una vez saltó una brasa pasando incluso por sobre esa rejilla que se pone para que (duh) las brasas no salten. Usualmente cuando la gente ve salir algo (cualquier cosa) desde el fuego no intenta tocarlo porque es de una obviedad cósmica que está caliente y te quemarás. Más aún cuando está de color naranjo. Ese fue el proceso de razonamiento que me faltó a mí, que fui y tomé la brasa entre el índice y el pulgar de la mano derecha… el único motivo porque la quemadura no fue de esas mayores es porque 1.- solté la brasa de inmediato 2.- porque me metieron la mano en agua fría incluso antes de que alcanzara a gritar.

Desde este momento está autorizado a festinar de estos sucesos y hacer mofa de ellos si así lo estima. Si además me conoce (todo un placer, creo yo) puede agregar experiencias en las que he sido protagonista que puedan ser comparables a las antes descritas.

Chao.