Películas 2020. Uncut Gems

Uncut Gems

Por lo que había leído, le tenía una fe enorme a esta película, lo cual sé que es un error porque después, usualmente, la decepción es grande, pero tengo el agrado de decirles que en esta oportunidad no me equivoqué. Uncut Gems es una peliculaza... o mejor dicho, una joya.

La película trata de un tipo, que vende joyas y piedras preciosas (esa es como su ocupación oficial), que le debe dinero a todo New York (a tooodo el mundo), con un matrimonio fracasado al que de algún modo de manera ilógica él se aferra, que además es adicto a las apuestas. Adicto en el sentido más crudo de la palabra, ese en donde el impulso de apostar lo hace ir en contra de sus intereses y su sanidad.

A partir de este personaje comienzan a pasar, en un periodo que podrían ser 72 o 96 horas, una serie de sucesos que lo hacen irse por el despeñadero, porque lo cierto es que este es un hombre atravesado por la tragedia y la calamidad, pero que aún logra conservar un aura de que todo va a salir bien.

Adam Sandler hace tal vez el mejor rol de su vida (podemos discutirlo), o por lo menos uno tremendamente bueno que en un mundo más justo le habría valido estar al menos invitado a toda la temporada de premios peleando codo a codo con Phoenix y Driver, por ejemplo.

Si, leyó Bien. Adam Sandler. Ese que hace películas atroces que pretenden ser chistosas pero no lo son, y que a un grupo específico de gente le agrada y por eso él las sigue haciendo. Porque le dan dinero y probablemente lo pasan osom haciéndolas. El asunto es que esas películas no lo dejan demostrar que es un actor muy bueno cuando se lo propone y cuando el papel adecuado llega. 

Como dijo Paul Thomas Anderson (que lo dirigió en Punch-drunk love) el problema de Adam Sandler no es que sea mal actor, sino que hace películas de mierda.

Pero con Uncut Gems, de lo mejor del año (me refiero al pasado), saca a relucir su calidad. Y logra además que la película brille. Que sea vertiginosa, alocada, salvaje.

Yo terminé mareada de verla.

Una joya.