lunes, 25 de mayo de 2009

Intelectualoides Idiotas


Tal vez el título debiese ser Intelectuales Idiotas… pero como estoy con algo de ira contenida, es mi deseo que las palabras suenen tan insultantes como sea posible sin llegar a ser grosera (mientras se pueda ¿no?)

Todo nació a partir de que el otro día estaba leyendo una crítica de ópera en el periódico. Escuché en la radio que iban a estrenar La Traviata de Verdi, y me dieron ganas de ir a verla. Esa misma semana, y post estreno de la mencionada obra, salió la noticia de que el día del estreno el público la encontró tan pésimamente mala, que varios la abuchearon y otros indignados se pararon y se fueron en mitad del acto. Básicamente la reacción (inédita por lo demás) se debió a cambios en la obra que no viene al caso comentar, y que se habrán dado cuenta no gustaron nada.

Hasta ahí la cosa quedaba en anécdota, pero entonces un idiota intelectualoide ligado a la producción (puede que sea el director del montaje, como puede que no, así que no me arriesgo) declaró a la prensa que el público de esa noche (que dicho sea de paso no es demasiado distinto al público “tipo” que asiste a este tipo de eventos) era ignorante y anticuado, que no sabía reconocer el arte y que no se atrevían a experimentar y vivir cosas nuevas. En palabras simples “no entendieron” el famoso montaje.

Y entonces brotó mi justa indignación. ¿Por qué hay “artistas” (no todos por favor) que frente a una crítica mala son incapaces de aceptar que la cosa que hicieron es horrible de frentón, o al menos, que la opinión del disidente es tan válida como la propia?

Tildan al que les masacró su obra de ignorante, de tonto, de inculto o por lo bajo y suavemente de “poco conocedor” ¿Como es eso? ¿No es que el arte se debe al público? Más aún ¿No es el público el que paga el sueldo del artista? ¿Y porqué hay que tener un doctorado en Cambridge para entender la obra?

Si nosotros, las alimañas ignorantes digamos, no tenemos suficiente neurona para comprender la magnífica obra de su genial imaginería, y por lo tanto la encontramos mala (pintura, película, dibujo, baile, canción, teatro, etc, etc), ¿para que sirve entonces? Para nada. A lo más para que un grupo de críticos intelectualoides (también bastante idiotas una considerable cantidad de veces) digan que es fabulosa cuando en realidad entendieron tan poco como el resto de nosotros, y les gustó menos.

Ni siquiera comenzaré a hablar de la ocasión en que acá en mi país hicieron una teleserie que era lo peor que se ha visto en años (que no es poca hazaña considerando la calidad de la televisión local) y una de las protagonistas declaró, ante la total falta de audiencia, que el público chileno “no estaba preparada para una teleserie tan vanguardista” Se imaginarán que por poco me salió humo por las orejas.

Señores estimados y a veces odiados artistas. Si no nos gusta, de poco sirve si quiere vivir del arte. Si no es aquella su intención, entonces por favor, no deje que sean las insolentes palabras de nosotros la plebe, la que detengan su genialidad. Pero háganos un favor: Guárdesela para SU soledad (y la de los insoportables que lo siguen, pero que tampoco les gusta)

Gracias

PS: Al final no compraré entrada para ver La Traviata. No por la crítica, sino por culpa de “ese” (pero si me invitan voy, lo que pasa es que no quiero darle plata al insoportable)

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