martes, 21 de julio de 2009

De comunes y raros.


Ya, volví. Hace mucho que no escribía (casi dos meses) pero dudo que alguien me haya extrañado.

Últimamente he tenido la fortuna de juntarme con amigos, de conocer gente (por trabajo y demases) y, como siempre, de ver mucha tele (no puedo evitarlo). A pesar que en cada una de estas situaciones más bien placenteras he conversado y pensado en distintas cosas, muchas de ella de una frivolidad e intrascendencia pasmosa, un día me quedé trabada en un pensamiento (nada que vaya a cambiar el mundo sin duda)

¿Qué pasa con la gente (no toda como siempre) que siente una necesidad tan terrible de ser “distinto” a los demás? Generalmente los psicólogos que salen en la tele, personajes por los que siento una mínima simpatía por no decir nula, hablan de la necesidad de los jóvenes de diferenciarse de sus pares, de sus familiares y de sus padres. En resumen de diferenciarse de todo ser vivo digamos.

Como está de moda hablar de los jóvenes y lo malvados y perdidos que son (Plop) nadie dice que al parecer todo el mundo es igual. Jóvenes, adultos, viejos y más viejos. Probablemente los niños muy chiquitos (o sea de menos de 2 años) sean los que escapan a la peste de la diferenciación. Ellos son no más.

Pero cuando uno está en un grupo y alguien cuenta que se fue de viaje a Cancún, de inmediato salen voces que cuentan el viaje a Londres, al Everest y a Tumbuktú (y no me cabe duda que varios no han llegado ni a Cartagena), o sea no es simplemente ser distinto al otro, sino que además en lo posible, mejor. Y por ultimo si no te puedes diferenciar tú, sacas a un pariente cercano que raya en lo superdotado. Mi hijo tiene promedio 6,5 en el colegio, dice una mamá orgullosa, y de inmediato sale otra con que su hijo tiene promedio 6,9 y ya lo invitaron a irse a estudiar a Harvard (cosa totalmente inverosímil en la mayoría de los casos). ¿Qué pasa? ¿Cómo es posible que no exista gente promedio? Aunque si todos son tan distintos a todos… a lo mejor ya no hay ni un promedio al que referirse, a pesar de que todos sabemos que somos más o menos parecidos. En el mejor de los casos hay algunos a los que una neurona les cruje más para algunas cosas, aunque la ley del equilibrio dice que eso les cuesta ser totalmente desadaptado para otras.

Por otro lado están todos aquellos que para diferenciarse (ya que no tienen mayores características innatas con lo que hacerlo) dicen que son “locos” y “raros”. “Soy muy loca yo”, “yo estoy chiflado” Asumamos la realidad gente. La gran mayoría de nosotros somos perfectamente normales, y a lo más tenemos un bonus track de rareza (en mi caso por ejemplo tengo una manía con el orden de las colonias y cremas en el baño), pero nada más especial ni siniestro que eso. No somos grandes atletas, ni genios que los japoneses están por descubrir. Tampoco somos grandes jugadores de ajedrez, no inventamos la bomba de protones, ni mucho menos tenemos una belleza digna de un principado. En resumen, somos comunes y corrientes con mayor o menor éxito en la vida, tanto por circunstancias que nos buscamos, como otras que nos cayeron.

Para aquellos que puedan deprimirse con el blog, ya que duda de sus elementos diferenciadores, recuerden las palabras del malo de los increíbles (película Disney Pixar que no está para emocionar a nadie, pero es entretenida) “Cuando todos sean súper, entonces ya nadie lo será” Como todos dicen ser especiales y raros, en realidad nadie lo es. En otras palabras terminaremos convenciéndonos que ser “normal” es lo más top que hay.

Sonia la normal, parte total del promedio.

2 comentarios:

  1. Felizmente yo soy del promedio, como yo digo normalita, claro que revisando tu entrada, normalita no se si es la palabra adecuada.
    Saludos

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  2. Yo creo al revés, todos tienen rarezas. No existe la gente normal o promedio, eso es una entelequia inventada para nuestra paz mental, este ser promedio puede ser muy parecido a nosotros (y asi nos creemos promedio) o es un poco mas fome/inteligente/etc que nosotros (y asi nos creemos especiales). Pero todos están medios piteados y también tienen una gracia (al menos una) lo raro es encontrar a los que estan balanceados.
    Lo que si muchas veces esa rareza no vale la pena destacarla porque casi nunca es algo como "inventar la fusión fría" si no mas bien como "coleccionar pelusas del ombligo".
    Sl2

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