lunes, 23 de noviembre de 2009

El Afán de la Tragedia


Ya sabemos que a los gringos les encantan las películas donde la tierra se destruye, y si New York puede caer primero que todo, tanto mejor. Da lo mismo el motivo, pueden ser marcianos hostiles (o seres de cualquier otro planeta), lo cual estuvo muy de moda (siendo Mars Attack la película más notable para mí por sus niveles impensados de ridiculez), meteoros locos que teniendo todo el Universo para desplazarse no ven nada mejor que venir a chocar con nosotros (más encima teniendo planetas gigantes alrededor como para elegirlos de blanco más fácil), también el cambio climático que deja desastres variados, y por su puesto villanos que en su afán por conquistar el mundo (cosa que nadie comprende que tiene de fantástico ya que debe ser un verdadero cacho ser dueño del mundo) están dispuestos a hacerlo volar en chatarra espacial.

El asunto es que cada cierto tiempo, estas películas cataclismicas aparecen en masa amparadas por alguna verdad científica, mito urbano o ya francamente por sucesos de histeria colectiva. Así tenemos las películas que aparecieron cerca del año 2000 (El día de la Independencia, Armagedón, Impacto Profundo) inspiradas aunque fuera subrepticiamente por que a Nostradamus en un momento de ocio se le ocurrió decir que el mundo se iba a acabar. Nunca dijo cuando claramente, por lo tanto cualquier fecha altisonante (como cambios de siglo o mejor, de milenio) cae de cajón para recibir el acontecimiento. No se debe olvidar además que a todo esto, se sumaron los temores por el famoso corte y colapso de todas las millones de computadoras habidas y por haber en la tierra, y probablemente también en Marte, Júpiter y Neptuno, lo cual prácticamente nos regresaría a la edad de Piedra o al estado de Sopa Primitiva.

Después, el año 2005 y mientras el tema del cambio climático iba en aumento (a pesar que Una verdad incómoda salió el 2006) aparecieron películas como El día después de mañana, donde todo el hemisferio norte quedaba sepultado en nieve. Además se le agregaron cosas como que el 05-05-2005 íbamos a implotar por la alineación de planetas.

Y finalmente ahora que nos acercamos al 2012 comenzamos con el tema de los neutrinos y el fin de la tierra para ese año. La base de señalar este año además está en que el calendario Maya termina justo ahí. Obviamente a nadie se le ocurrió pensar que a los mayas les dio flojera seguir haciendo un calendario que nunca iban a vivir para ver, y simplemente dijeron “Ya, renuncio” cuando ya iban por el 2012.

Lo curioso es que cada vez que comienzan las teorías, películas y demases hay un grupo de personas que salen a explicar en los medios de comunicación como es que la posibilidad que desaparezcamos es bastante cierta. Esta vez no ha sido la excepción. El mismo sábado vi a un tipo en la tele hablando de lo probable que es que el año 2012 todos pasemos a mejor vida por una serie de terremotos, que la tierra se acomoda y bla bla. La verdad es que lo más impactante a mi parecer es que los canales sientan que deben llevar a estos personajes.

No niego a la ciencia (quien menos que yo) pero ¿no han aprendido nada con en los años 2000 y 2005? Ninguno de los desastres anunciados ocurrió ni por asomo, ni siquiera los que tenían bases más o menos fundadas de temor como el colapso de los computadores del 2000. Y, creo yo que a pesar de todo, cuando nos digamos FELIZ AÑO NUEVO para pasar al 2013, más de uno pensará… bueno, la tierra sigue dando vueltas como siempre, para el mismo lado.

Ble

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