En mi opinión ver algo, no es medianamente lo entretenido que es comentarlo después.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Preguntas de la plaga electoral
Hasta que finalmente retomé el blog. Lo dejé tirado el 21 de Agosto diciendo que en unos días más actualizaría, y como es evidente, quedó ahí. Acumulando polvo internetiano.
Probablemente no se me ocurría nada de lo que escribir o quejarme, lo cual no es lo mismo que decir que dichos temas no existían. En el fondo simplemente faltaba algo grande y asfixiante como la campaña electoral (ya oficial) para hacerme salir de mi autocomplaciente sopor.
No se como será en otros países, pero en Chile la campaña electoral es absolutamente asfixiante. Es imposible tener la opción (totalmente legítima creo yo) de no querer saber nada de de los candidatos, de sus partidos, y ya puestos de las discusiones pequeñas y molestas de la política.
En la calle los carteles, palomas, poster que cuelgan de los postes de luz, paredes pintadas, etc, se multiplican como si fueran gremlins a los que les lanzaron agua. Lo peor de todo son las ya citadas palomas. Para quienes no sepan a que me refiero, las palomas son esa forma de publicidad que básicamente consta de dos carteles que se ponen a ambos lados de una estructura parecida a un atril que se abre y se cierra. Fácil de transportar, bastante liviano y que parecen multiplicarse por voluntad propia.
¿Es realmente necesario poner cada 3 metros un cartel del mismo candidato? En cada cuadra he contado hasta 20 cartelitos del mismo tipo sonriendo plásticamente de modo que en realidad todos nos demos cuenta que la sonrisa no es sincera. ¿Alguien cambia su voto por verlo tantas veces? ¿Alguien se decide a votar por él o ella después de verlo 500 veces al día? Me imagino que los publicistas habrán hecho un estudio que les da respuestas positivas a esas preguntas, porque sino no se explica el calvario al que estamos sujetos. Por mi parte, manifestando sólo mí a estas alturas muy indignado parecer, mientras más veo a un candidato menos ganas de votar por él me dan. Bajo ese criterio demasiados ya están fuera por la competencia de mi voto (no es que sea demasiado importante) solo por estar en una foto.
Pregunta dos ¿Ninguno se pregunta que va a pasar cuando no puedan cumplir la promesa que hicieron? Porque OK, yo entiendo que hay que ofrecer el oro y el moro para ver si alguien les compra el cuento (cada vez menos personas lo hacen por cierto) y por lo tanto les da el tan preciado voto, pero hay cosas que simplemente de escucharlas que uno sabe que no van a ocurrir. ¿¿Nunca se ponen en la situación más que probable que en algún momento alguien les dirá… “y esto que usted prometió que”??
Ya que estamos en el tema. ¿Cuál es el fin de la propaganda electoral? ¿Hacer que el indeciso se decida? ¿Hacer que el decidido reafirme su decisión? ¿Ambas?
Al final es difícil que cambien mucho las cosas… Por favor, no nos bombardeen, o al menos, no tapen la visibilidad para cualquier tipo de vehículo con los famosos cartelitos. Ayer casi tuve una colisión múltiple en bicicleta por culpa de un diputadito que quiere salir reelecto.
En fin.
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