martes, 21 de diciembre de 2010

La buena educación 2

Tuve tiempo de pensar en las 5 últimas cosas que poner en mi decálogo de cosas que no se deben hacer dado que son de una mala educación insoportable. Si no sabe de qué estoy hablando remítase al post anterior y después siga con este.

La cosa es que como sabrá más de alguno, muchas veces tener el tiempo para hacer algo no es garantía de hacerlo. Bueno este es el caso.

De todas formas y a pesar de no haberlo planeado, voy a tratar de terminar el post inconcluso básicamente porque ayer se me ocurrió postear de otra cosa, pero tengo aquella costumbre media histérica de no ser capaz de dejar las cosas a la mitad. Me pasa con los libros aunque sean para llorar de lo malos, con las películas aunque esté dispuesta a pagar porque terminen pronto, y como ven con las entradas de los blogs aunque sean fomes.

Como el calor no me deja ser lo suficientemente imaginativa (excusas, excusas) para arreglarme con 5 cosas más que considere de absoluta mala educación (o modales, como prefieran) voy a poner además cosas que sean de simple mal gusto, o ya puestos que me desagraden aunque sea solo a mi.

6.- Escupir en espacios públicos (entiéndase por estos calles, canchas de futbol, canchas de futbol… ah y canchas de futbol) Es muy, pero créame, muy desagradable ser testigo de un escupitajo. Soy perfectamente consiente de que es igualmente asqueroso tragarse lo que al fin decidió escupir. La diferencia es que la segunda opción es asquerosa solo para el perpetrador y no para el espectador y la primera es exactamente al revés. En definitiva: No lo haga. El escupo es suyo, de nadie más.

7.- Si hay otra persona hablando, no interrumpa. Aunque se haya acordado de la cosa más chistosa de la vida y de la galaxia, no interrumpa. La teoría dice que eventualmente le va a tocar su turno de hablar y podrá encantar a la audiencia con su ingenio y vida llena de peripecias. De pasada le aviso, con todo cariño, que las personas demasiado autoreferentes no caen muy bien en general. O sea, si alguien cuenta que dio la vuelta al mundo, no es muy lindo que usted interrumpa y de inmediato cuente que la dio tres veces y más rápido y mejor. Puede que sea verdad, pero no es lindo y punto.

8.- Puede que alguien patalee porque el tema alimentario ha sido recurrente en el listado, sin embargo me excuso alegando que comer es una actividad altamente repetida a lo largo del día (probablemente le siga al respirar y otras funciones corporales incontrolables) y por lo tanto por estadística, debe salir nombrada más veces. Dicho esto, paso al octavo punto de la lista. Sacarse la comida de los dientes con un palillo es muy feo. En el amplio sentido de la palabra. Admito que no es una práctica demasiado común (al menos entre las personas que conozco, por lo cual estoy muy agradecida a la deidad encargada de ese ítem) pero cuando ocurre es tan desagradable, que deja una huella imborrable en la memoria. No lo haga, pronto podrá lavarse los dientes y asunto solucionado

9.- Esta reconozco que es mañana mía. Tiene que serlo ya que la mayoría de la gente lo hace y a nadie parece molestarle. Gritarse de una habitación a otra no me parece simpático. Hay veces que es necesario hacerlo (o al menos razonable) porque por ejemplo los dos participantes de la “conversación” están ocupados en tareas que no les permiten moverse, pero la verdad es que la mayoría de las veces uno de los dos (o más) contertulios podría desplazarse a la otra habitación y así evitamos que se entere toda la cuadra de lo que está pasando. Aunque usted no lo crea soy de aquellas que usualmente se para y camina hasta el lugar donde está la persona con la que quiero hablar, o me llamó (si, usando el método de lanzar un grito para llamarme) Tal vez tengo complejo de mayordomo victoriano, quien sabe.

10.- Y por último pero no menos importante (last but no least) pasamos al tema de la rotería. Rotear es de rotos. En serio. Es una suerte de paradoja de la vida. El que rotea se hace roto por default (al menos a mi me parece). Por cierto que se pueden dar fundamentos profundos acerca del respeto, del clasismo y todo eso, pero básicamente rotear es simplemente de pésimo gusto, por no decir de una falta de imaginación absoluta. Existiendo tanto insulto ingenioso tratar a otro de roto es una carencia de ingenio inexcusable. Creo que en un futuro el tratar a otro de flaite puede ser flaite. Pero creo que aún no llegamos a eso.

Ahora a acordarme que era la otra cosa de la que quería hablar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario