jueves, 21 de junio de 2012

Aeropuerto


Aunque en realidad no lo planifiqué de esta manera, sé que el blog lo he convertido en un subterráneo de series y películas. Imagino que siempre estuvo destinado a convertirse en ello ya que la pantalla (grande o chica) ocupa una parte más que importante de mis actividades, por lo que era natural que terminara (casi) siempre hablando de temas relacionados a ésta, además que me entretiene mucho y me agrada (y ya que estoy en la “reflexión” gracias a todos los que se pasan a leer. Sé que no dejan mensajes, a mí también me daría flojera, pero también sé que pasan porque afortunadamente el blog tiene un contador propio de visitas y además Mr Google también lleva estadísticas y ambos me dicen que pasan y muchos. Os quiero os amo os adoro por ello)

El tema es que a pesar de todo lo anterior, la siguiente entrada no tiene nada que ver ni con series, ni con películas, ni teleseries, ni noticieros ni nada que puedan ver en una pantalla (incluyamos la del PC para que no se pique), tiene que ver con el momento en que estoy en este instante en el que escribo. Me quedé varada en el aeropuerto.

Estoy en Valdivia (y ya que las estadísticas de Mr Google dicen que por acá pasa harta gente de otros países explicaré) que es una ciudad bastante al sur de Chile. Donde en invierno, o sea ahora, llueve casi todo el día. Es más, el martes efectivamente llovió todo el día.

El aeropuerto de esta ciudad, que en realidad es un aeródromo, y que en realidad yo considero un gallinero o sitio afín con cierta elegancia, suele tener episodios en que los aviones simplemente no pueden llegar o salir porque el clima no lo permite. Nunca he sabido bien si el tema es la visibilidad, o el viento, o la lluvia o que carajos, pero algo pasa que siempre hay problemas por estos lares.

Y en estas estoy. Mi vuelo debería haber salido ya hace media hora, pero en realidad estamos todos en una sala de espera aguardando por noticias que en teoría deberían darnos en cualquier minuto. Hay tres alternativas de noticias. Las buenas, las más o menos y las malas. Bueno sería que nos dijeran que se solucionó todo y que nos vamos ya y aquí no ha pasado nada más que un pequeño retraso. La más o menos es que seguiremos con el retraso y en algún momento del día nos iremos aunque no sabemos cuándo, y lo malo que el clima simplemente no va a dejar que ningún aparato parecido remotamente a un avión se acerque al aeropuerto, por lo que hasta mañana no pasará nada. Ah también hay una posibilidad intermedia entre lo más o menos y lo malo, que sería que nos transportaran al aeropuerto de una ciudad cercana para intentar salir desde donde el clima esté algo mejor (opción que no es tan rara por estos lares)

Y aquí estamos todos. Esperando.

No deja de ser curioso que siempre en este tipo de situaciones haya ciertos personajes que se repiten y que hacen la espera más “interesante” (por no decir cómica para no ofender a nadie ¿no?)
Por ejemplo siempre hay un niño (o niña, aunque generalmente es de sexo masculino) desordenado por naturaleza y que aburrido por la espera (como todo el resto) no ve nada mejor que ponerse a hacer maldades. Acá hay uno como de 4 años que hasta el momento ha lanzado una pelota contra las paredes (con el típico efecto secundario de darle un pelotazo a varias personas mientras la mamá lo persigue y se disculpa con las inocentes víctimas), le ha dicho al papá que quiere “upa” en repetidas ocasiones (cosa no fácil ya que el niño en cuestión no es TAN chico y por lo tanto TAN liviano) y básicamente se ha dedicado a correr y gritar por la sala. Varios lo han mirado feo, cierto, pero nadie lo ha detenido porque probablemente no estamos preparados psicológicamente para una pataleta.

Obviamente también están los indignados tarados de siempre. Personajes enojadísimos porque el vuelo no sale. Supongo que está bien enojarse y protestar cuando no hay una explicación clara de por qué no te están dando un servicio por el cual pagaste, pero en este caso es cosa de mirar para afuera y cachar que el clima está metiendo la cola en este asunto. Y no creo que la gente de la aerolínea haya hecho una danza de la lluvia para echarnos a perder la tarde. So… a tener paciencia no más entonces.

Y paciencia es lo que tenemos la mayoría de los que estamos aquí. Algunos nos entretenemos con el PC o con el celular (la gran mayoría con el celular he de decir), otros leen, y otros conversan. Varios se avivaron y decidieron que era una buena idea avanzar en cosas del trabajo… al menos pareciera que están trabajando. Es lo que podría estar diciendo alguien de mí por ejemplo, cuando evidentemente no estoy trabajando… ¿cierto?

Bueno … ah esperen que va a decir que será de nosotros aquí.


La alternativa más o menos. En teoría saldremos hoy, desde este mismo aeropuerto, pero tipo 5 de la tarde. Así que me queda un buen tiempo de espera. ¿Lo bueno? Al parecer nos darán algo para comer para no llegar en estado de inanición a Santiago. Podría haber sido peor. Dependiendo como me vaya editaré algo después y les cuento como me fue. Sino edito nada están autorizados a asumir que todo salió tal como les conté y llegaré sana y salva a mi casa.

Chao.

PS: El aeropuerto de la foto es el mismo en el que estoy ahora. NO con el clima que sale en la foto pues pajarones, sino no estaría en estas.

Edición 22/06/2012: Por si alguien se lo preguntaba al final llegué. No rápido ni feliz de la vida, pero llegué. Al final tomamos el vuelo tipo 17: 15, no sin antes haber ido a cachar qué era el famoso café que nos iban a dar para no morir de inanición. Y era un café nada más. O sea la inanición podía ocurrir igual.

Después el vuelo estuvo bueno y muy rápido (nos demoramos una hora nada más, a la velocidad del rayo) y el niñito mencionado anteriormente quedó a dos filas mías y se portó pésimo. Por último fuera de esos niños que les duelen los oídos o les da miedo volar, vaya y pase, pero este de malcriado que era gritó todo el rato de pura maña. La mamá en todo caso juraba que se había portado excelente. Desde ya compadezco a los profes que tengan al niñito este más adelante. Y a los amiguitos en potencia.

Salí muy rápido del aeropuerto, agarré un transfer casi de inmediato y... TACO TACO TACO... por todas partes. Además tengo ese curioso talento de lograr ser siempre, pero SIEMPRE la última a la que el transfer va a dejar. En resumen, desde el aeropuerto a mi casa me demoré una hora y media cuando en condiciones normales me demoro como 20 minutos, o 30 si es que el conductor es lento.Exacto, tal como están pensando, me demoré más desde el aeropuerto a mi casa que Valdivia - Santiago.

Igual ya estoy aquí... en la oficina ¬¬

2 comentarios:

  1. Q entrete, acabo de leerte junto a mi hijo. Estamos en las mismas. Esperando el vuelo aunque un poco más impacientes q tu.
    La razón: vamos a sufrir con nuestra querida U de Chile vs Boca... claro q con este atraso, el sufrimiento ya comenzó.

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  2. :O. Espero que pudieran llegar al partido y me imagino que también se encontraron con taco por todos lados. ... y sobre todo espero que tu hijo no haya sido el niñito insufrible (estoy segura que no porque ese andaba solo con la mamá parece)... creo ja.

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