lunes, 19 de mayo de 2014

Game of Thrones. Temporada 4, Episodio 7

A continuación ¡volarán los spoilers!

Luego de que terminó Game of Thrones en medio de mis silenciosos aplausos (no soy tan escandalosa como para despertar al barrio aplaudiendo) reflexioné acerca de lo “curioso” que es que una serie base sus mejores momentos, y en esta temporada al menos los más felices para sus telespectadores, en la muerte de sus personajes. Personajes que se han ganado el odio, cierto, pero aun así la abundancia de dicha general por muertes en su totalidad violentas, es al menos un punto de graciosa reflexión.

Varios de nosotros, aún sin leer los libros, sabíamos que Lysa Arryn iba a morir. Por distintos motivos que van desde los fundamentos de la historia (¿quién podía sobrevivir casada con Meñique y con ese nivel de chifladura?), las características del personaje que lo hacían altamente despachable ojalá en una manera tragicómica, hasta el instinto de televidente asiduo que simplemente le tinca que algunas cosas van a pasar. Y cuando vimos a Lysa ahí, pobre toda llorosa al lado del abismo, y a Meñique acercándose con palabras cariñosas que nunca nadie le creyó, supimos que la iba a lanzar. Y lo esperamos. Y cuando por fin ocurrió, celebramos.

No voy a arrojarme el poder de interpretar el sentimiento de la mayoría, así que simplemente diré el mío. Celebré primero porque el personaje era detestable de una manera “WTF qué onda esta vieja”. Y no es que no pueda sentir simpatía con personajes francamente perturbados, sino que este personaje en particular era freak de una de las maneras más raras que he visto últimamente y para peor no tenía muchas características que permitieran tener mucha empatía con ella. Además porque crió a un hijo malcriado que secretamente (y no tan secretamente también) varios esperamos también desaparezca con viento fresco, y porque para que Meñique pueda seguir su posta de acumulación de poder y otros menesteres, necesitábamos que la señora saliera del cuadro. O volara.

Pero sobretodo celebré por Sansa. Porque a este paso Lysa habría terminado deshaciéndose de ella en un arranque de celos o de ira o de locura o de los tres juntos. Celebré porque me di cuenta que Sansa se ha convertido en uno de mis personajes preferidos (cosa que no es común en los fans de la serie que prefieren personajes de más inteligencia, astucia y lengua más afilada) y hasta estoy empezando a tener la idea de hacerle una barra con banderines y chapitas y todas esas cosas.

Sansa ha tenido una de las peores estadías en Game of Thrones, lo cual es decir bastante. De hecho creo que solo la primera temporada fue medianamente feliz… en algún punto que no puedo recordar bien. De ahí en adelante ha sido penuria tras penuria, una más terrible que otra. De los hermanos Stark que quedan, es definitivamente a la que le ha ido peor, un récord importante considerando la historia de la familia.

Brann al menos tiene un grupo de amigos que lo acompañan, o al menos de personas que se interesan por su bienestar (fomes y todo, pero útiles a la causa). Arya, con todo lo que le ha pasado, por lo bajo tiene una relación muy curiosa con el Perro con quien se siente segura. En el caso de Sansa, en cambio, todo ha sido de lo peor. Porque donde a Arya se le concedió al menos el poder evitar ver como decapitaban a Ned Stark, Sansa no solo fue obligada a observarlo, sino que además la dejaron en primera fila. Luego fue espectadora privilegiada de la crueldad de Joffrey y los Lannister en general, fue casi violada, la obligaron a casarse con Tyrion (quien al menos la trató de la mejor manera posible) vio, nuevamente en primera fila como envenenaban a Joffrey, fue en parte culpada por ello, y cuando por fin se sintió levemente segura con un familiar, resultó ser una loca celópata que estuvo a nada de lanzarla por un precipicio.

A pesar de todo esto, Sansa ha logrado, por el motivo que sea, rescatar una parte inocente de su personalidad, cosa que en esta serie es probablemente el triunfo más inesperado y por tanto, para mí, el más asombroso de notar como espectadora. La vida de los personajes en los siete reinos es tan difícil, que se espera que los niños no puedan ser niños por mucho tiempo. No hay espacio para inocencias, ni para risas, ni para juegos, porque básicamente en el contexto de la serie representan desventajas que tus enemigos (porque todo el mundo tiene enemigos, hasta el zapatero) pueden aprovechar en tu contra.

Sansa, a pesar de todo esto, aún retiene la capacidad de jugar en la nieve cuando no tiene nada que hacer, sentirse entusiasmada ante la perspectiva de compartir un juego con su primo (freak), e incluso de tener una rabieta cuando este le destruye el juego (y también aplaudí cuando le dio el tatequeto)

Como ya les he dicho (infinidad de veces, yo sé) no tengo idea que viene más adelante porque no me he acercado a más de un kilómetro de uno de los libros, sin embargo, la capacidad de Sansa de mantener parte de su inocencia infantil (voluntariamente o no) a pesar de todo lo horrible que ha tenido que vivir, y de aún sentir piedad o tristeza por las cosas malas que pasan, me hace pensar que, dado el inusual caso de ser la última que quede de pie, Westeros sería una tierra afortunada de tenerla como reina.

Todas las otras cosas que son muchísimas y no me dio la neurona para ponerlas de manera coherente en la parte de arriba.

  • Siempre hemos sabido, y nos lo han recordado bastante en el último tiempo, que Meñique es capaz de prácticamente cualquier cosa con tal de obtener lo que quiere. El asunto es que últimamente se está levantando como una figura más bien siniestra en lugar de “encantadoramente peligrosa” por decirlo de alguna manera. Todo esto aparte de estarse volviendo silenciosamente más poderoso ya que a estas alturas no solo quedará de dueño de Nido de Águila (¿o eso pasa al cabro chico?) sino que, como me recordó alguien por ahí, también le entregaron Harrenhall hace un tiempo.
  • Me gustó mucho el camino que condujo a Tyrion a tener como campeón a Oberyn. Me gustó mucho más que el Tyrion de la semana pasada. Sobre todo por la calma nacida del hecho de saber cómo son las reglas del juego. Ni a Jaime ni a Bronn los confronta o los recrimina por no luchar por él. El asunto es que los dos, a pesar de abiertamente aceptar que le tienen estima (Jaime incluso lo quiere como hermano) tienen más posibilidades de perder que de ganar frente a La Montaña, y el “premio” que podrían llevarse no se compara al riesgo de ser mutilado. Oberyn en cambio, es el único cuya motivación es tan grande, que está dispuesto a luchar con Gregor Clegane y no hay que ser muy vivo para saber que además le va a ganar por la simple razón que es un personaje nuevo y que se nos introdujo con muchos aspavientos y a la Montaña nadie lo va a echar de menos. Lo único “esperable” de este combate, es que sea lo suficientemente entretenido.
  • También me agradó (por fin) lo que ocurrió en la historia de Danaerys. No es que haya pasado mucho pero se me hizo importante verla, al menos por una vez, devolverse en sus propios pasos y aceptar una opinión distinta a la suya. Ocurre que esta temporada y buena parte de la pasada, Danaerys había pasado a ser un personaje bastante bidimiensional, tanto en acciones como en decisiones. O es blanco o es negro, pero sin escala de grises. Al contrario de Sansa en donde celebro su idealismo a pesar de lo mal que lo ha pasado, en el caso de Danaerys el idealismo de “extinguir el mal del mundo” simplemente es muy peligroso para alguien que pretende dirigir la vida de no uno sino varios reinos (por lo pronto de Yunkai y Meereen). Más aun cuando su propia vida le ha probado que todos deberían tener al menos una segunda oportunidad antes de ser condenado (no digamos que su relación inicial con Drago fue de lo más idílica). La forma en que Ser Jorah se lo hace ver, lleno de vergüenza por lo que hizo en el pasado, la hizo una escena preciosa.
  • Como casi todo episodio de Game of Thrones que se precie de tal, la fomedad fue aportada por Juan Nieve. Casi me dan ganas de ni comentar esta parte. Dejemos la explicación en que en cualquier momento llega Mance al muro y que a Juan Nieve se le ocurre que la mejor manera de evitar que llegue a masacrarlos es cerrando e inundando los túneles de acceso. OBVIO que nadie (o nadie que importe) está de acuerdo con él. Juan Nieve puede descubrir el secreto de la vida eterna y aun así la mayor parte del mundo estaría en desacuerdo con él. Y es lo que probablemente hace de su historia un arco tan aburrido (entre otras cosas).
  • Melisandre tuvo una escena con la esposa chifalda de Stannis (¿se han fijado que en esta serie tal como hay mujeres espectaculares, fuertes y sabias, también la locura es algo claramente asociado a ese género?) Y más allá de dar la oportunidad a los varones (y algunas mujeres también) de ver lo bonita que la bruja roja es, la escena fue muy interesante por lo siguiente: Melisandre no es una charlatana, de eso ya me convencí. Alguna conexión con el dios del fuego tiene, sin embargo si se vale de trucos de charlatán para atraer fieles, y lo reconoce sin ninguna vergüenza, como un medio que se justifica en el fin. En otras palabras, no tiene nada de malo engañar a la gente con trucos y alquimia, si eso hace que al final puedan ver la verdad, en cuyo caso incluso los engañados perdonarán la triquiñuela. Hace pensar, y bastante, no solo en las religiones como tal, sino en prácticamente todas las actividades humanas que requieren o que se basan en el poder atraer seguidores y fieles.
  • Brienne y Pod pararon a comer comida decente en una posada y a dormir en una cama razonable. Al parecer la relación ya está bastante mejor que al principio del viaje. El asunto es que por esas cosas del destino se encontraron con el gordito cocinero que era amigo de Arya y él les da la noticia que ella, al menos hasta hace poco tiempo atrás, aún estaba viva. Por lo tanto al parecer Brienne y Pod ahora tienen otra chica Stark que buscar. En realidad una sola porque Sansa está exactamente donde ellos suponen que debería estar.
  • Por más que Arya tenga muchas cuentas que saldar con el Perro (hasta el punto de tenerlo en su lista de asesinatos a cometer) se le hace imposible mantener una relación distante con él. Porque es obvio, la verdad. Tiene que ser difícil no sentir aunque sea cierto nivel de compromiso emocional con una persona que, con todo lo malo, al menos te protege y parece entender lo que para Arya es más importante en ese momento, el deseo de matar a la mitad de Westeros. Más difícil aun cuando El Perro le cuenta cómo fue que se quemó la cara. Cuando ya se comienzan a compartir experiencias de vida, es difícil mirarse con odio.

Pensamientos Random

  • Lo primero es una duda que ya puse con anterioridad pero ahora la pregunto más en serio. Ahora que Lysa murió ¿Quién hereda Nido de Águila? ¿Meñique que era el marido y por lo tanto ahora es el viudo, o el hijo friki que tiene? Y además me pregunto de que se va a alimentar ahora el cabro chico ese… pero esa pregunta no es TAN en serio.

  • ¿Fui la única que le pareció medio incestuoso el beso que Meñique le dio a Sansa? No porque él sea mucho mayor que ella (más aun considerando que en teoría ella tiene como 15 años) ya que la serie me ha enseñado a no fruncir mucho el ceño ante casi cualquier pareja que se forme, sino porque tal como él dijo solo segundos antes de besarla, él podría, y habría deseado ser su padre.
  • El actor que hace de Gregor Clegane lo cambiaron ¿cierto? Porque me acordaría del compadre que mostraron como La Montaña si lo hubiera visto antes. Ah y la escena en donde se le ve “entrenando” es de tal brutalidad que en realidad resultaba cómica de ver.
  • La historia que Oberyn le contó a Tyrion acerca de cuándo lo conoció siendo un bebé permite, entre otras cosas, saber de dónde Joffrey heredó los genes más crueles. Sin duda que Cersei es menos cruel que Joffrey o que al menos tiene mayor capacidad de empatía y también inteligencia como para saber cuándo avanzar y cuando frenar, pero lo cierto es que culpar a su hermano desde niña por la muerte de su madre (probablemente alimentada en algo por Tywin) y quererlo muerto por eso es algo que uno esperaría de Joffrey. Lo curioso es que Jaime no siente lo mismo que ella, lo cual, nuevamente prueba que en Game of Thrones esos tipos de locura son bastante más asociados a mujeres que a hombres.
  • ¿Esa cuestión que el chef gordito le da a Brienne para que le entregue a Arya en caso de encontrarlo era como una mega galleta? ¿Un pan? ¿Qué?
  • Brann, Bronn, Brienne. ¿Qué pasa con esta serie y los nombres de ese estilo?
  • La próxima semana no hay Game of Thrones. Aprovechen de descansar que en dos episodios más es el “fatídico episodio 9” Casi me da susto pensar en él.

2 comentarios:

  1. pili no subestimes. la.serie y pienses que es.predeciblr te puedes llevar mas de una sorpresa en ese combate

    ResponderEliminar
  2. No subestimo la serie para nada (mas allá q raramente le pegué con dos acontecimientos que ocurrirían). Para ser franca el destino de Oberyn me importa poco porque el personaje no me agrada, así q viva o muera me da un poco lo mismo. Lo que si me importa es que muera La Montaña. Gracias por pasar

    ResponderEliminar