viernes, 4 de marzo de 2016

Película 41/250: The Dressmaker

41/250: The Dressmaker

Vi The Dressmaker porque básicamente tiendo a ver cualquier cosa en la que aparezca Kate Winslet, y aquí es, como pocas veces, la protagonista casi exclusiva. Así que ni siquiera investigué mucho de qué se trataba y me lancé a verla.

Es una película bien curiosa, que despierta opiniones contradictorias de acuerdo a lo que, después de verla, pude cachar entre la crítica. Hay gente que le encantó y gente que se aburrió lo indecible. Y comprendo ambas posiciones.

Por explicarlo de una manera lo más sencilla posible (para mi. No tengo dudas de vuestra capacidad de entendimiento) The Dressmaker está presentada casi como una obra de teatro. Es decir la acción se presenta de manera bien parcelada. Primero el conflicto, un desarrollo y el final. Ahora podrán decirme que en general el cine (con excepciones notable, claro) se presenta así, pero en este caso es muy notable. Casi tanto como para decir que cada uno de los actos tiene a su vez esta misma división con una conclusión. Es tanto que cuando termina lo que yo entendí como segundo acto dije en voz alta "¿COMO TERMINA AQUI"? Pero al ver el tiempo que quedaba, aun tenía 40 minutos de película por ver

Esta forma de presentación se me hizo difícil de atrapar al principio, pero reconozco que para cuando terminó la película, estaba alucinada y creo que soy del grupo de los que les gustó harto a pesar de que aún no puedo decidir a que género pertenece. Porque tiene virajes interesantes, sorpresas, actuaciones buenas, un deje de western y un ingrediente medio mágico que me es difícil explicar. El tema de la maldición, de la gente maldita a la que siempre la alcanza ese destino amargo que las persigue se trata acá de manera bien particular. Y finalmente un tema central (la venganza) tratado de modo distinto al de tantas películas de venganza. Como algo que a veces, aunque quieras evitar, aunque intentes pasar por sobre el rencor, te alcanza y de pronto simplemente debes rendirte a ese destino.

Pero lo que más, más más me gustó de la película (si, por sobre los vestidos maravillosos que aparecen.. se llama The Dressmaker por algo) fue la OST o banda sonora. De lo mejor que he escuchado en el año (pero hey llevo 41 películas así que he escuchado bastantes). Por un momento pensé que era como de Alexandre Desplat porque me anduvo recordando a The Imitation Game, pero después vi que era de David Hirschfelder. Hermosa, justa y precisa para hacer que una película que pudo haber estado ahí no más tenga momentos fabulosos.... especialmente el final.

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