Stan and Ollie
Las biopic, o películas biográficas, son altamente apetecidas en Hollywood. Son una buena oportunidad para todos, básicamente. Para los actores de transformarse en otra persona, de los estudios para ganar plata gracias a la nostalgia de la gente (sobre todo con personajes que ya no están), y del espectador de ver personajes conocidos que no requieran demasiada introducción.
Sin embargo, la biopic, ha tenido ciertos cambios interesantes en el último tiempo, y ha pasado desde aquella película larga y cansina que muestra al personaje en cuestión desde niño (aunque todavía hay muchas películas así), hasta que muere, y se ha convertido en una película que prefiere mostrar un episodio o segmento específico de la vida de los personajes, así tenemos Neruda y Jackie (las dos de Larraín), también The Darkest Hour, y varias otras.
Stan and Ollie es de estas últimas, y en cierto modo se agradece la valentía de contar un segmento de la vida de estos actores que no es la esperable por las masas (lo más lógico habría sido contar el apogeo de esta dupla).
En lo personal, no soy el público de Laurel y Hardy, ya que el humor payasesco (digamoslo así con todo respeto sin ningún afán de menoscabo) no es el que más me atrae, sin embargo ahí me encontré sonriendo en algunas escenas (y en otras riéndome francamente)
Stan and Ollie es una película realizada con cariño y respeto por quienes se está representando y eso, durante todo momento queda claro. Es honesta y muy bien filmada, y las representaciones que hacen John C Reilly y Steve Coogan (este último realmente sorprendente), son muy buenas.
De alguna forma nos hace darnos cuenta que este dúo fue el precusor de los dúos famosos... dieron e en el clavo con una fórmula que hasta hoy es usada. Y eso vale más que mucho.
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