Es curioso el fenómeno de esta película, porque es casi casi igual (a lo mejor con algunos matices dados principalmente por el carácter que imprimieron las actrices) a la original, también de Sebastián Lelio.
Tan parecida es, que cuando terminó me pregunté cual es el asunto de hacer una misma película dos veces (porque de verdad es muy parecida) pero cambiando elenco y locación, básicamente.
Y puede que no existan muchas explicaciones lógicas más allá de querer ingresar con fuerza a un nuevo mercado, hacer la película más cercana a una nueva audiencia, pero lo cierto es que incluso si esa fuera la razón detrás del ejercicio, de todas maneras resulta algo interesante.
Gloria Bell es una buena película, y es que Gloria, la original, es una buena película. Pero a pesar de estar construidas de la misma manera, se hacen levemente distintas gracias a las actrices. De alguna forma la Gloria de Paly García es distinta a la de Julianne Moore, a pesar que viven la misma historia y dicen las mismas palabras.
Es algo en la mirada, en la actitud, en la rabia interna, en el ahogo, y el desahogo.
Por eso, vale la pena Gloria Bell. Porque es es la prueba que existen películas gemelas, pero no clones. Aunque repitas los genes.
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