Cuando terminas una película, y de inmediato puedes comenzar a contar todas las cosas que no te gustaron, es que la cosa no anduvo muy bien entre ustedes. Y eso me pasó con Ad Astra, a la cual le tenía harta fe (nuevamente ahí es culpa mía).
La cosa con Ad Astra es que me pareció una película pretenciosa (que no es lo mismo que ambiciosa, y eso es algo que toda película debiese ser). Ad Astra quiso ser, a mi parecer, una película épica, donde se tocaban muchas temáticas, con muchas ideas profundas, pero no alcanza a tocar ninguna de manera totalmente convincente. Probablemente la que mejor toca, es el conflicto padre-hijo y problemas no resueltos, pero incluso eso se pierde en medio de un océano de otras ideas que quedan ahí flotando en el espacio.
Y ese es uno de mis principales problemas con Ad Astra, probablemente derivados de mi nerdedad. Científicamente es una película bien... incorrecta, para decirlo con cariño. En algún momento, probablemente por culpa de Kubrick, establecimos de manera tácita que las películas del espacio debían ser correctas científicamente hablando (excluimos, claro, a Star Wars o Star Treck y otras del tipo en donde la realidad se nos presenta de manera distinta y todos podemos aceptar, por ejemplo, que los láser suenen en el espacio... o que seamos capaces de escuchar explosiones). Ad Astra entra en el conjunto de películas que se presentan a si mismas cono científicamente correctas (nunca perfectas porque ni siquiera la muy increíblemente técnica Gravity logra la perfección a pesar de ser un excelente ejercicio) pero en realidad es una mescolanza repleta de errores que llegan a ser ridículos en este aspecto. Ridículos nivel carcajada cuando no era la idea reírse.
Entonces, como este hecho ya no me dejó satisfecha, empecé a ver todas las cosas que no me gustaban. Cosas que en otra película pude haber pasado por alto si ocurrían detrás de una historia sólida, bien contada, etc. En Ad Astra sentí personajes sin mucho sentido, inconclusos, situaciones que no tenían mucha razón de ocurrir, un final absolutamente sacado de la galera, como magia de un sombrero, y así... hartas cosas.
No sé. No es una película que me plantearía ver nuevamente.
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