domingo, 19 de febrero de 2012

Del viaje...


Bienamados renacuajos, por fin en New York. Dado que estoy como un estropajo, no doy para hacer demasiadas reflexiones profundas acerca de nada, así que simplemente haré las no profundas. Aquí unos comentarios para sus viajes:

1.- Viajar en avión es una porquería. No debería tener que explicar nada más de esto ya que a mi parecer debería ser de conocimiento universal, pero solo para aclarar las cosas va un comentario: a menos que vayas en primera clase los asientos son estrechos, la comida no muy buena (aunque el desayuno que me tocó fue sorprendentemente reconfortante) y hay una sensación general de estar atrapado sin remedio, cosa que por lo demás es cierta. Y se hinchan los pies en la mayoría de los casos.

2.- Aceptando que volar es una porquería, cierto es también que la cosa se puede hacer llevadera si te toca un buen grupo de viaje, o ser una pésima experiencia si te toca uno pésimo. No solo me refiero a que te toque una buena tripulación (una azafata mala onda puede hacer que 10 horas de vuelo sean insufribles) sino que también compañeros de viaje. Menciones especiales para las guaguas lloronas (si bien las que iban en mi vuelo se portaron muy bien, felicitaciones a los abnegados padres), personas con tos que expanden la peste, y los sonidos propios de un avión.

3.- Todos los vuelos tienen turbulencias. Todos. Unos tienen mucha y es terrorífico, y otros tienen una o dos lo que los convierte en un viaje agradable. De cualquier modo, si se trata de uno de esos vuelos buenos, la única turbulencia destinada a ocurrir si o si va a suceder mientras se está comiendo. En lo posible si se tiene un vaso en la mano.

4.- Nadie en ninguna tripulación de todos los aviones del mundo habla decentemente el inglés. Ningún idioma para ser franca si es que nos referimos a mensajes por altoparlante, pero el inglés es un idioma que causa estragos. Siempre es pésimo. Hasta en los personajes originalmente angloparlantes. Debe tener algo que ver con algún virus que se activa con los aires acondicionados de los aviones (que de pasada son del terror. Heladísimos)

Antes de terminar (ya se me acabó la imaginación para seguir) algunas cositas acerca de este viaje en particular. Gratamente impresionada con el funcionamiento del aeropuerto JFK. Venía preparada psicológicamente para que fuera una tragedia griega, espartana y romana, y nada mas lejos de la realidad. Todo funciono bien, gente amable, equipaje que sale rápido, taxis que funcionan como Dios manda y no tratan de estafarte. Dedito para arriba. 

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