sábado, 18 de febrero de 2012

La espera.

Algo tiene de eterno este rato que pasa entre que termino de arreglar maletas y cosas varias para el viaje, hasta que este comienza (considerándolo desde que pongo un pie fuera de la casa) Es insoportablemente eterno.

Y ya que estoy en estas, simplemente decir que hacer las maletas es de las actividades más desagradables de la existencia. No tanto como desarmar la maleta cuando uno vuelve, pero desagradable de todas formas. 

Dado que el concepto del equipaje en si mismo me desagrada, intento llevar lo menos posible. La maleta y un bolso de mano, lo que en mi opinión es lo que debería llevar todo ser humano medianamente razonable y sin problemas de incontinencia urinaria o hiperhidrosis que le obliguen a cambiarse cada 4 horas. ¿Que pasa con la gente que se va por una semana y lleva equipaje suficiente para ir a montar un campamento al Tíbet? Ya me dirán ustedes que me importa lo que lleve la gente, y en realidad no me importa. Por mi que llevaran una batería de paseo si les entra en gana, siempre y cuando su equipaje no interfiera con mi libre circulación. Y ni siquiera voy a ponerme a hablar de los que llevan maletas enormes de equipaje de mano y después no les caben en ningún compartimento del avión.

Tampoco me fascina la idea del desplazamiento. Me gusta mucho viajar, pero comienzo a disfrutar realmente desde el momento en que ya tengo un lugar de residencia definido. Los traslados suelen agotadores, por lo que estaré muy agradecida cuando por fin solucionen el tema de la teletransportación. En realidad no entiendo por qué siguen leseando con los aceleradores de partículas y no se dedican de lleno a otros temas más importantes y urgentes como poder viajar por teletransportación.

Ah y una última cosa antes de que se me quiten las ganas de seguir reclamando (una actividad para la que tengo un inusitado talento), sigue en pie la idea de ir actualizando esto tan frecuentemente como sea posible. Solo por placer personal. Por si alguien tiene muuuucho tiempo libre y un aburrimiento mortal.

La próxima comunicación desde el lugar de vacaciones. Dios, ángeles, santos y todo lo demás mediante.


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