sábado, 6 de febrero de 2016

Película 24/250: Suffragette

24/250: Suffragette

Se podría decir mucho de la calidad fílmica de Suffragette, partiendo por el que puede gustarte o no, y de ahí en adelante. Podría decirse que tiene ciertas fallas, que es medianamente maqueteada, que varios personajes son algo caricaturescos, que es una experiencia distinta para quien ya conoce la historia que para el que va a conocerla (por ejemplo, por esas cosas de la vida yo ya sabía los sucesos que probablemente aparecerían en la película y puede haber otros que con esta película se estén iniciando en el tema), que en ciertos aspectos es una película de guión que va a la segura (que a estas alturas ya no es pecado, no señor) o que en estricto rigor no es una gran película.

O bien podríamos quedarnos con los técnicamente bueno que es el diseño de vestuario y el de producción, en el trabajo más que adecuado y a veces valiente de Carey Mulligan que en ocasiones saca adelante la película a pura fuerza de voluntad, o de ese don mágico que tiene Meryl Streep de aparecer 5 minutos (literalmente) en una película y casi quedarse con ella.

Podría hablarles de todo eso, pero en realidad prefiero decirles que me pasó con la película (y como es mi blog no les queda otra que aceptarlo muahahaha). 

Es tal el nivel de indignación y de cierto orgullo que me despertó la película que a punta de ello me pareció bastante buena. En otras palabras, tuvo la capacidad de provocarme emociones tan fuertes que todo aspecto técnico pasa inmediatamente a segundo plano porque si una obra, cualquiera que sea, es capaz de producirte deseos de gritar y, al igual que las protagonistas rebelarte desde el instinto más básico, la verdad es que no tiene nada más que envidiarle a ninguna obra maestra, por mucho que el mérito de las emociones pueda ser tuyo o venir de otra parte que no sea específicamente la película.

Es casi como lo que me pasa con Downton Abbey. A pesar de saber y reconocer todas las innumerables fallas que tiene, es la única serie que me ha hecho conversar con los personajes como si estuvieran vivos. ¿Que derecho tengo yo a pedirle algo más a una serie?

Y con Suffragette quise gritarle a todos los hombres que aparecían que eran unos cobardes (con excepción del maravilloso esposo del personaje de Helena Bonham Carter), a las chicas que resistieran, y al mundo que a veces hay que jugársela por lo que quieres aunque a veces pierdas.

Puede que la película como tal peque de haber descuidado el final (¿pero es que después de la carrera de caballos que más podías agregar en realidad?), pero lo cierto es que el gran triunfo de Suffragette es que al menos habrán algunos (hombres y mujeres porque la valentía, la generosidad y la humildad son cualidades sin género) que estarán agradecidos de los mucho que se ha avanzado  en lo que se refiere a derechos e igualdad desde la época de la película (de cualquier tipo, no solo de las mujeres) y al mismo tiempo se indignarán de lo insuficiente que incluso ese enorme esfuerzo ha sido. 

Pero ahí vamos.

3 comentarios:

  1. A mi me pasó más o menos lo mismo, salvo que ni me percaté de los asuntos técnicos a los que aludes, pero sí tuve algunos vacíos idiomáticos. La vi en el cine, en inglés sin subtítulos. Entonces no entendí todos los diálogos, ni todas las palabras, especialmente aquellas que decían los personajes más interesantes, como el marido aquel y otros working class. Pero a pesar de eso, la película (la historia y todo aquello) me provocó tremenda emoción, rabia, pena, todo junto y revuelto. De hecho hasta se me escaparon unas lágrimas de cocodrilo y me quedé con el corazón apretado varios días después de haber visto la película. Tremenda película!

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  2. concuerdo, no es tecnicamente una "gran" pelicula, pero es un testimonio, un homenaje a tantas mujeres (y tb hombres)que abrieron camino, y con eso me basta y me sobra, me gustó.

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  3. Exacto.. a veces mientras una película te emocione basta y sobra. ;)

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