3/15. The Young Pope
Hermanas y hermanos, a
continuación me permito recordarles que en algún momento en esta entrada,
aparecerán muchos Spoilers de la serie The Young Pope. No de inmediato, sino
que cuando les avise, por lo que si quieren saber de qué trata y una opinión
general al respecto, bien pueden leer la primera parte de la entrada y después
retirarse silenciosamente, en el momento adecuado. Si ya la vieron, se les pide
encarecidamente que sigan leyendo, porque hay mucho que conversar de esta
serie. Mucho, mucho.
Me acerqué a The Young Pope, pensando en ver una de las variadas
formas que existen de retratar la vida eclesiástica, llena de crítica y de a
veces mal pensada controversia, esperanzada en que Paolo Sorrentino hiciera un
buen trabajo con su sello, pero (lo
confieso) creyendo que simplemente iba a ver una historia de un papa joven
(Jude Law), con aires revolucionarios (además eso te vende el poster y el trailer en parte). Y nada más lejos, la verdad.
The Young Pope es como nada de lo que había visto en series y
probablemente eso sea una de las cosas que más me gustó de ella (no la única porque me gustaron caleta de
cosas). No se ve igual, no tiene el mismo ritmo y no se piensa igual que
otras series. The Young Pope es una experiencia a la que hay que abandonarse
para poder disfrutarla. Algo así como un salto de Fe.
No es una declaración de principios por parte del director ni del
elenco, ni tampoco una declaración religiosa. No es una serie que se preste
para una sola interpretación, ni una que deba enfrentarse preguntándose a cada
rato que es real y que no lo es, o que cosas tienen lógica o que no lo tiene.
Nada de eso importa, la verdad, y más que agregar a la serie solo lograría
hacer que pierda. Lo que es The Young Pope, es una contradicción en sí misma y
un desafío constante, exhilarante, a veces doloroso, gracioso y sobre todo
profunda y desesperadamente humano. Porque no existe nada más humano que la
divinidad.
La serie comienza (de alguna
forma) con un recién electo papa Pio XIII (antes cardenal Lenny Belardo),
el cual sueña con los padres que lo abandonaron cuando niño (y que será tema recurrente), y
posteriormente con el sueño de una homilía inicial que se sale de toda norma (y que en realidad era una pesadilla),
pero que no muestra necesariamente como será la serie. Solo la contradicción. Y
es ahí donde la serie extiende la primera invitación, y es la de no verla
tratando de dilucidar qué cosas de las que ocurren son “reales” o cuales son
sueños o cuales son imaginaciones, porque como dijo Albus Dumbledore alguna
vez, que las cosas ocurran en la cabeza de alguien no quiere decir que no sean
reales. Y eso vale para toda la vida.
Otra cosa interesante, es que a pesar de cierto prejuicio que pudiera haber antes de verla, The Young Pope es una de las series más
respetuosas que he visto con su público. No en el sentido de no tocar “temas
controversiales” (de hecho toca muchos),
o de presentar verdades que se te han mantenido ocultas (cosa que está TAAAAN de moda colmando la paciencia de muchos de
nosotros), sino que en el sentido de tener absoluta confianza en que la
audiencia que decida verla es suficientemente inteligente emocionalmente para
sacar lo mejor de ella. Parte importante del valor de la serie es dado, si o
si, por la apreciación que hace el espectador de ella, la cual puede ser
diametralmente opuesta entre unos y otros. No le importa a la serie ser
interpretada de manera “correcta”, ya que probablemente no existe una manera
correcta de hacerlo, solo existen maneras de hacerlo, y la serie (los que la hacen) confían profundamente
en que si la ves, puedes hacerlo.
No es antojadizo referirme a “la serie” como un ente vivo, ya que
tengo cierto convencimiento de que toda la gente que trabajó en ella formó un
colectivo que amó lo que hizo, y por eso probablemente es tan hermosa. Hermosa
visualmente (hay partes que son
verdaderos cuadros y creaciones plásticas y además se juega de manera fabulosa
con los primeros planos) pero también hermosa en contenido. Es una serie
que descansa con toda confianza en el enorme guión que la crea y en el talento
de los actores que le dan vida. No es de aquellas que requiere de cliffhangers
o finales inesperados para crear de manera artificial las ganas de ver el
episodio siguiente, sino que confía en el poder de los momentos que puede crear
a partir de miradas, palabras y gestos.
No digo que a todo el mundo le vaya a gustar, no lo creo. Pero si creo
que la mayor cantidad de gente debería verla, para amarla u odiarla. Como a Pio
XIII y los suyos.
Creo que esta, definitivamente, estará entre mis 5 preferidas del año.
Ahora vienen todos los spoilers
del mundo. Si no has visto la serie y pretendes verla, es el momento ideal para
ir a darse una vuelta. A ver la serie, por ejemplo.
Para mí (y es importante
mantener esto en claro, porque como dije la serie puede significar cosas
distintas para cada uno de nosotros y por eso es tan conversable), The
Young Pope fue una experiencia fantástica, porque combinó dos de las cosas que
más me gustan de las películas y de la televisión. Está llena de trasfondos y
significados y además se me hizo muy entretenida.
MUY entretenida. Principalmente porque se me hizo muy fácil (y no estoy segura que tan bien habla esto de
mi) identificarme con los personajes. No empatizar o conmoverme con ellos
necesariamente sino que identificarme, sentir que yo podría haber reaccionado o
actuado exactamente como ellos en las mismas circunstancias. Lo cual nace de la
convicción (y no de la impresión) de
mi capacidad de ser mezquina y miserable en algunos momentos, a bondadosa y
cálida en otras (esta última realización
me llevó mucho más tiempo que la primera, ya que estamos confesando cosas.
Siempre es más simple encontrarse lo malo antes que lo bueno. Pero generalmente
ahí está).
Y esta es una situación en la que se encuentra una parte importante de
los personajes de la serie, partiendo por el Papa, que se sabe poderoso,
hermoso y manipulador, pero que también se reconoce, aunque sea consigo mismo,
cobarde, infantil y con una gran capacidad de bondad cruda que más que
reconfortarlo le pesa. Sin embargo el personaje que más me atrajo por esta
característica en específico fue el cardenal Voiello, el cardenal secretario de
Estado que en rigor es el cerebro del Vaticano (Loco que tremendo papel) que debe ser uno de los personajes con
mayor auto conciencia (o self awareness y
me perdonarán la siutiquería, pero el concepto en inglés es de lo más preciso
que hay) que he visto. El tipo conoce cuales son sus defectos y virtudes a
tal nivel, que ya no le pesa la conciencia por tenerlos, si acaso por usarlos.
En una escena, le preguntan si nunca ha querido ser papa y el responde que en
realidad no “Porque un Papa debe inspirar confianza, y yo hago todo menos eso”
Se me hace medio injusto intentar apuntar de manera específica tres
episodios preferidos o que considere más importante que otros, porque cada
episodio es un mundo en sí mismo, aunque hay un hilo central que une toda la
serie. Sin embargo hay momentos y situaciones específicas que para mi fueron o
muy significativas o simplemente me gustaron mucho porque sí. Veamos que sale
de esto.
-Aunque suene curioso, me encantó la postura extremadamente
conservadora de Lenny con respecto al manejo de la Iglesia, no necesariamente
porque esté de acuerdo con ella, sino que porque sirvió para que pudiera ir
cediendo por medio de conversaciones y porque muestra una idea muy opuesta a la
que mucha gente cree que se debe tener y que crea una contradicción inmediata
considerando la juventud del papa. Un guión de menor calidad podría haberse
visto en aprietos tratando de manejar todo, pero este guión en particular logra
salir airoso de muchos problemas que él mismo se busca. Para mí la conversación
que El Papa y el Cardenal Spencer sostienen acerca del aborto, debería ser
vista por todas y cada una de las personas (sobre
todo católicos) que entran en esa discusión. Es reflexiva, respetuosa,
documentada y asume que el otro tiene puntos en los que sostenerse.
-Tocando el punto anterior, también me fascinó toda la secuencia del
mensaje del Papa a los Cardenales (que
ocurre en el episodio 5), desde que Lenny decide que va a dar el discurso,
hasta que este termina. Me encantó porque hay algo explosivamente adolescente
en todo ello. Como una rabieta interior que ha luchado por ser escuchada, pero
que tiene un fondo que incluye alguna reflexión interesante. Cuando El Papa se
viste para la reunión, sale la canción I’m Sexy and I know it, y eso me dio la
impresión de un adolescente que se está preparando para una fiesta a la que
está esperando desde hace meses.
-Si bien hay mucho simbolismo en la serie, eso no significa que sea
una serie de “sutilezas” Por el contrario es bastante bruta (de hecho en algunas ocasiones roza el AY
PARFAVAR, pero sale airosa). Partiendo por los créditos de cada episodio,
en donde el papa va caminando frente a unos cuadros y en estos va una estrella
que finalmente se transforma en un meteorito que quema todo. Ninguna sutileza
al respecto. Pero a veces eso se agradece. Después de tantas series y películas
que se prestan para ambigüedades, es bueno ver una que te escupa cosas.
-Me fascinó la terrenalidad de la serie. Aunque trata temas divinos,
al final todos los conflictos y la humanidad de los personajes radican en cosas
meramente terrenales. Desde el trauma de Lenny de haber sido abandonado por sus
traumas, hasta el fanatismo extremo de Voiello por el futbol.
-Por otra parte, me encantó el trato de lo divino como algo… usual.
Como algo que no debería sorprendernos tanto porque siempre está ahí y si uno
se detuviera a meditarlo, le sería mucho más fácil de ver. Además me gustó
mucho el punto que la serie trata de hacer respecto a lo que entendemos como
Santidad. En la serie, al final, a pocos les cabe duda de que Pio XIII sea
Santo, pero si varios siguen dudando de que sea una persona bondadosa (incluso
el propio Lenny lo duda). Y eso es porque el Santo, no es necesariamente un
tipo bondadoso, es simplemente un tipo o tipa, quien quiera que sea que tiene
una conexión especial con Dios. Usualmente esa conexión tiene cierta unión con
el hecho de ser bondadoso, pero no es absolutamente necesaria. ¿Si o no que es
osom pensarlo?
Pensamientos Random (la serie
en si misma es como un pensamiento Random)
-Ya lo he dicho, pero nunca está de más volver a destacar lo OSOM que
es el reparto de la serie. Es fácil resaltar el excelente papel de Jude Law,
pero sería de una injusticia feroz quedarse en él solamente, porque si hay una
serie cuyo éxito es colectivo, es esta.
Lo mejor es que el reparto, tal como la ciudad del vaticano, es tremendamente
variopinto. Destaco de manera especial, aunque me quedo corta porque hasta el
último actor, hasta el canguro, lo hacen genial, a Silvio Orlando (Voiello),
Javier Cámara (Gutierrez), James Cromwell (Spencer), Diane Keaton (Sister Mary)
y Cécile de France (Sofía). Los quiero mucho.
-Pocas veces he sido más fan de una relación amorosa que de la
relación platónica de Sister Mary y del Cardenal Voiello. Las escenas de ambos
son fabulosas y llenas de algo superior a la ternura, y el rostro de Voiello
cuando Sister Mary se va al Africa me encogió un poquito el corazón.
-No voy a decir nada respecto al Canguro del Papa. Nada. Cada cabeza
debería tener el derecho de hacerse su propia idea de él.
-Las escenas del Papa vestido con toda la gala me daban mucha risa.
Creo que era la intención de la serie mostrar que mientras más opulencia, más
gracioso puede ser el personaje.
-¿Qué creen ustedes que pasó con el tipo de los Estigmas? ¿Está en el
fondo del Tíber?
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