6/15. Big Little Lies
Amigos, como siempre les digo,
atentos a los spoilers que hay de la serie Big Little Lies en la entrada que
leerán a continuación. Si no viste esta muy buena serie y no quieres saber nada
con anticipación (cosa que recomiendo), puedes leer la primera parte de la
entrada en la que solo haré comentarios generales. Luego, cuando lo indique,
comenzarán los Spoilers. Choose your destiny
El primer episodio de Big Little Lies se llama “Somebody’s Dead”, y
nos muestra que, sin lugar a dudas, alguien murió en circunstancias no
naturales, por decirlo de alguna manera. No sabemos quién, ni como. Y a lo
largo de toda la temporada, no sabemos quién es quien murió, ni como murió, ni
mucho menos quien lo hizo, hasta el último episodio, claro está.
Pero a pesar de esto, a pesar de que en el primer episodio se establece
este hilo conductor, Big Little Lies de la última manera que probablemente se
podría describir de forma correcta, es como una serie de “asesinatos y
misterios” No, no, no. No es de esas series, y yo he visto caleta de esas como
para reconocer que esta no lo es. Lo fantástico de Big Little Lies (y eso que tiene muchas cosas geniales que ya
vamos a comentar) es que utiliza lo que por cientos de años ha sido
utilizado como un bastión por novelas, obras de teatro, óperas, series y películas,
como una excusa para mostrar lo que verdaderamente quiere que veamos. Una
historia de mujeres, pero no hecha necesariamente solo por mujeres ni donde
solo importan las mujeres. Pero es de mujeres.
En estricto rigor, nada (o poco)
de lo que muestra Big Little Lies es nuevo. Ni la idea de que las vidas
perfectas son en realidad vidas llenas de carencias (por poner un ejemplo recordemos American Beauty), ni la idea de
mujeres apoyándose y formando fraternidades en contraposición a otras mujeres (Sex and The City y Desperate Housewives ya
llegaron ahí antes), ni que el ser mujer tiene hoy en día costos asociados
que no tiene el de ser hombre, ni mucho menos el crimen, ni la envidia, ni los
celos. No, no es la originalidad de los temas las que hace de Big Little Lies
una excelente serie (¿no les había dicho
que era una excelente serie?), sino como tratan los temas, como se monta la
tensión, como la serie logra en medio de las tormentas introducir el suficiente
humor como para aliviar la carga (hubieron
partes en que reconozco me reí a carcajadas), y por cierto, en esta ocasión
como nunca, la enorme calidad de sus protagonistas.
¿Por dónde empezar?
Hace tiempo que Reese Witherspoon, a pesar de ser una versión viviente
femenina de Dorian Gray, dejó de ser “la niñita de las películas”. Porque más
allá de su aparente eterna juventud, ya hace mucho que la vemos en papeles que
hacen que se pierdan aquellos roles de hace tanto tiempo, donde era una suerte
de damisela en apuros. No es esa chica desde Legalmente Rubia (una de las comedias más osom que hay a mi
parecer), y de ahí para adelante en general ha logrado escalar mucho más de
lo que ha logrado caer. Ya se ganó un Oscar y hace poco fue nominada para otro.
Reese Witherspoon no tiene que darle explicaciones a nadie en la industria del
entretenimiento. Por eso produjo una serie basada en un libro que simplemente
le gustó mucho. Y además se puso de protagonista. Y SE PASÓ EN LO BUENO DE LA
ACTUACIÓN.
Reese Witherspoon no es que interprete a Madeline McKenzie, encontró
la forma de transformarse en ella. Sin maquillajes que la desfiguren para que
nos olvidemos que hay una actriz detrás, sin cambiar acentos, sin siquiera
teñirse el pelo. Tanto quiere Reese a Madeline, que la dejó ocupar su cuerpo
por los 7 episodios que dura la serie.
Y Nicole Kidman, por su parte, encontró en Celeste Wright un personaje
que por fin la deje demostrar por un periodo largo para que todo el mundo lo
vea, lo increíble actriz que siempre ha sido y que sigue siendo. Cierto que ha
tenido algunos ranazos a lo largo de su carrera (yo aún no puedo superar lo mala que es The Queen of the Desert),
pero también es cierto que para darse costalazos, primero hay que haber tomado
el riesgo. Y eso hace Nicole Kidman en Big Little Lies. Toma el riesgo de interpretar
a un personaje que fácilmente podría haberse convertido en un depositorio de
compasión, pero su arte la convierte en una tipa feroz que vive en un océano de
calma que ella misma se ha creado de manera artificial. No hay nada de
condescendiente en el rol de Kidman, ni nada de cobardía. Si hay confusión y
una emoción desbocada que no es evidente pero que se adivina en cada gesto.
Y la última del trío principal es Shailene Woodley que en el papel
podría haber parecido la más débil, no necesariamente por falta de talento sino
por estar al lado de dos grandes de la industria, pero lo cierto es que no se
achica para nada. Ni Shailene ni Jane (el
personaje que interpreta) sabe de temores ni de ceder terreno.
Por último, porque la quiero mucho, menciono a Laura Dern (a quien yo vería en prácticamente cualquier
cosa que apareciera. Aunque sea una película muda en donde solo mirara a la
cámara). Algo hay que decir acerca de una actriz que logra que un personaje
que en papel pueda parecer odioso al final sea entrañable y cercano a punta de
guiños humorísticos.
Cuando empecé a ver Big Little Lies, una de las primeras cosas que
pensé fue que todo era demasiado lindo. Las casas muy lindas, las mujeres
preciosas, los hombres guapos, los niños parecen muñecos, y ese es el primer
truco de la serie. Ser tan hermosa que despierte el prejuicio de lo poco
natural o común. Pero ese no es problema de la serie, es de quien cae en la
trampa.
Porque Big Little Lies no tiene nada de plástico.
Ahora vienen muchos spoilers
así que si no quiere saber de antemano que pasó es hora de volar porque casi
estoy ahogada de las muchas ganas que tengo de comentar esto.
Yo no sé si estuve poco concentrada a lo largo de toda la serie, o si
por fin alcancé un estado de equilibrio tal a la hora de ver Big Little Lies
que me vi envuelta totalmente en la historia, que me pilló totalmente
desprevenida el desenlace. Y al pillarme desprevenida, creo que lo disfruté
mucho más que aquellos que sintieron cierto orgullo al darse cuenta que sus
suposiciones y teorías eran ciertas (esta
vez como nunca, no leí ninguna teoría ni nada acerca de la serie)
En primer lugar, confieso que para mí nunca fue demasiado tema el ¿Quién
murió? De hecho por momentos como que me olvidaba que ese era en teoría el
centro de la serie. Para mí, el tema del asesinato era más que nada una excusa
para poder mostrar a todos esos personajes secundarios hablando de las vidas de
los otros con condescendencia y veneno, lo que al final de cuentas nos ayudaba
a crearnos una idea de la atmósfera en la cual se desarrollaba la historia.
Porque además, generalmente lo que opinaban los personajes en cuestión, no
tenía nada que ver con la realidad.
Por eso el que Perry fuera el muerto, al final no me pareció tan
sorprendente como todo lo que rodeó la muerte de Perry. Probablemente, en caso
de haber estado buscando teorías y conexiones, podría haber llegado a sospechar
que era Perry el que había violado a Jane (y
por lo tanto además era el papá de Ziggy que por lo tanto es medio hermano de
los gemelos. OH MY GOD), pero la verdad nunca se me cruzó por la cabeza esa
posibilidad, por lo tanto el momento en que Madeline y Celeste se dan cuenta (en una de las escenas más osom de decir sin
palabras que he visto últimamente. Pero realmente osom) me sentí totalmente
en sintonía con ellas. Fue un mazazo en la cabeza (en serio dije algo en voz alta que no logro recordar que era. Estaba
concentrado en otra cosa. Pero dejémoslo en que dije “nooooooooooooo”)
Y más aún, por ningún motivo se me podría haber ocurrido ni aunque
fuera tratando, que Bonnie sería la que en rigor “lo mataba” empujándolo por
las escaleras. Y aquí es donde nuevamente la serie se disocia un poco en los
que estaban intentando ver una serie de “crimen”, y los que estábamos viendo “la
historia de mujeres”. Porque probablemente para alguien que quería ver la
resolución del crimen en sí mismo, el final no es muy satisfactorio. No lo es
porque hay pocas explicaciones, porque puede parecer precipitado que la
culpable sea Bonnie así como azar, pero para los que vimos las historia de las
protagonistas (o al menos para mí)
fue de los finales que me han dejado más complacida últimamente.
Porque la forma en que representaron el instinto de ayuda de las
mujeres (que es mucho más común de lo que
los hombres piensan) fue magnífico. Renata, que si bien ya no se consideraba
enemiga pero claramente no era parte del grupo, no duda en sumarse a la tarea
de defender a Celeste porque simplemente era lo correcto de hacer. Y Bonnie,
que bien podría haber pedido ayuda, o gritar, y que conocía a Celeste de pasada
y que no tenía la mejor de las relaciones con Madeline, decide que tiene que
ayudar también y carga como un toro sin medir las consecuencias.
Y cuando el crimen ocurre, las otras, las de siempre, defienden a
quien vino a salvarlas aunque fuera una outsider. Todas mantienen la misma
historia. Perry se cayó, se resbaló y fue a dar al fondo de la escalera. Nadie
lo empujó. Obvio que no (la serie hace un
hincapié algo gracioso en cuanto a la mente femenina al hacer que la única que
dude de una explicación más que razonable sea otra mujer)
¿Qué va a pasar con Big Little Lies? ¿Habrá segunda temporada? Me
complica plantearme la pregunta, porque por un lado, efectivamente aún hay
mucho paño que se puede cortar en cuanto a la trama, pero por otro, a veces
cuando las cosas quedan así de buenas como quedó Big Little Lies, hay que
dejarlas ir con una sonrisa y un buen recuerdo.
Pensamientos Random (aún estoy
pensando caleta de cosas)
-No es fácil tratar el tema
de la violencia intrafamiliar sin caer en clichés y consignas. Creo que Big
Little Lies se anota uno de sus puntos más altos en el tratamiento que hace de
este tema en la historia de Celeste y Perry. Lo primero que la serie nos deja
en claro, es que hay amor entre ellos. Y ese amor es verdadero hasta donde
ellos entienden, lo terrible es que también está enfermo y es algo de lo que
Celeste y Perry son conscientes, al principio con dudas y posteriormente con
certeza. Tanto así que van a una psicóloga (que
es un personaje fantástico de la serie y yo amaba todas las escenas en que
salía esa comadre) en donde de manera inicial es Celeste la que trata de
ocultar la realidad o al menos de restarle importancia, mientras que es Perry
quien toma la decisión de dejarlo todo al descubierto. Es él quien inicialmente
confiesa que hay violencia física y psicológica en el matrimonio y más aún, tiene
alguna claridad de cuál es el problema de él (y es que se siente permanentemente inferior a su esposa). Perry no
es completamente un mal tipo. Cuando no está dominado por la violencia es
generoso, simpático, adorable y además un excelente padre. Y ese es un punto
súper importante porque los maltratadores, en general en el mundo del cine, son
presentados como seres detestables que son fácilmente separables del resto de
la gente. Perry no es así. Perry es uno de nosotros. Y ahí es donde muchas
veces (no siempre y no exclusivamente)
nace el miedo y la indecisión de las
mujeres que son violentadas. Miedo que la doctora (que ya dijimos quiero mucho) convierte en palabras en un episodio
de manera magistral. ¿Quién me va creer si siempre dije que era un marido
ideal? ¿Qué juez me dejará a mis hijos si siempre dije que él era un padre
ejemplar? ¿Hasta dónde se aguanta? ¿Cuándo es el momento de escapar? Al final,
según entendí, aunque Celeste ya había tomado la decisión, el descubrir que su
hijo podría tener la misma personalidad agresiva del padre es lo que la
convence que simplemente no puede seguir con Perry. Porque aunque Jane le
afirma que los niños crecen o cambian, ella sabe que algunos simplemente no lo
hacen.
-Si bien el caso de Celeste era el arco histórico donde la opresión
era más notoria y física, sin duda, en general todas las mujeres (las principales me refiero), llevan sus
vidas bajo un yugo invisible. Jane con una incertidumbre terrible de no saber
si su hijo será igual a su padre, el cual se entremezcla con la rabia de que su
Ziggy sea apuntado con el dedo y con ser “la nueva”. Madeline y Renata son la
contracara de una moneda en donde una siente que es apuntada con el dedo por
ser profesional (y mala madre), y la
otra siente que por no trabajar es mirada en menos por el resto del mundo.
-Es bien osom como la serie trata de plantear que los hijos son un
reflejo de sus padres, sobre todo en que los niños tienen características bien
parecidas a sus mamás y papás. Por si no nos queda claro, en los créditos
iniciales, hay un momento en que aparecen los niños en fila bailando a la
cámara, y la misma escena se repite al final con sus madres. Pero a pesar de
esto, la historia también se encarga de demostrar que un niño es mucho más que
la suma de sus padres. Todos tienen la posibilidad de labrar su propio camino.
-¿Les pasó que cuando Perry descubre que Celeste se había comprado un
departamento les dio caleta de angustia? A mi sí. De hecho cuando salen juntos
para irse a la fiesta estaba súper asustada por Celeste.
-Antes que me olvide, Big Little Lies es hasta el momento, la serie
del 2017 que creo tiene la Banda Sonora más osom y la mejor utilización de
música. Seguida por Legion y The Young Pope (en ese orden).
-Odié la obra con los títeres esa que estaban montando y probablemente
reclamaría todo el rato viéndola. Por otra parte me gustó mucho la fiesta de
Audrey y Elvis aunque me hizo pensar ¿Cuánta plata se gasta esta gente que
tiene mucho para gastar en leseras como esta?
-Ah, una última cosa. En la novela (que yo no he leído y para que voy a mentirles no crea que lea en el
futuro cercano) se explica que Bonnie reacciona con violencia al ver a
Perry golpear a Celeste porque ella de niña era golpeada por su padre. Como
explicación está bien, pero en lo personal me sigue gustando más la opción de
la serie da presentarlo como un acto impulsivo. Porque cuando ves a otro en
aprietos, a veces hay que actuar no más. A veces, quien menos te lo esperas,
puede ser un héroe.
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