martes, 18 de diciembre de 2018

Películas 2018. Roma

Roma

Reconozco, que me puse a ver Roma con algo de la suspicacia propia de algunos cínicos que se sientan a ver una película muy aclamada por la crítica pensando "A ver si es tan buena". Esa es una actitud bien odiosa, pero a veces me pasa, y muchas veces hace que películas que sin tanto bombo me habrían parecido bastante buenas, me parezcan simplemente buenas (o no). Pura mala costumbre pero ahí está. 

La buena noticia es que eso no me pasó con Roma, la última película de Alfonso Cuarón (si, la primera que hace después de Gravity que fue hace caleta de tiempo... 2013 diría yo pero puedo estar equivocada y me da lata googlear). Porque para mí, Roma, resultó ser una película extraordinaria.

No les voy a decir demasiado de qué se trata (aunque pueden encontrar esa información fácilmente en cualquier parte) porque hay cierta recompensa en acercarse a Roma desde la más pura ignorancia. En mi caso, que no me interesó demasiado el revuelo, con suerte sabía que estaba en blanco y negro y que era mexicana, e irla descubriendo hizo de mi experiencia algo hermoso.

Porque la película es eminentemente hermosa, es la mejor manera para describirla. Y sobre todo es muy nuestra. Recuerdo que llevaba como 10 minutos no más y mi cabeza me comentó "Oye pero estos somos nosotros". Y no es que sea necesariamente igual a los de la película, es el hecho de reconocer gente y de reconocer a los tuyos en lo que estás viendo. Por ponerlo de alguna manera (algo cursi, sorry), de alguna manera Cuarón, el mismo que hizo una maravilla tecnológica llamada Gravity (aunque a varios no les guste), el mismo de Los hijos del Hombre y el mismo de la mejor película de Harry Potter (El Prisionero de Azkaban), se las ingenió para tomar un trozo del alma de latinoamérica y ponerla en la pantalla. Así de potente.

Véanla (si quieren). 

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